domingo, 24 de junio de 2007

"Clínica de las Neurosis" (1ª Sesión) Aspectos Generales de la Clínica. Autor: Lic. Roberto TORRES

INTRODUCCION:
Les doy la bienvenida a este nuevo espacio generado por VECTOR LACANIANO el cual esta pensado en ser un nuevo instrumento para la transmisión del psicoanálisis, donde vamos a desarrollar la articulación dialéctica entre la clínica lacaniana y las neurosis.Este “EFECTOS DEL SEMINARIO” se basa en el seminario “CLINICA DE LAS NEUROSIS” que estoy dictando actualmente en nuestra institución como parte de las PASANTIAS CLINICAS 2007 (las inscripciones están abiertas, informes en el 4218735) cuyo objetivo es que el pasante pueda realizar su práctica clínica y formación psicoanalítica. La idea aquí no es la trascripción literal de las grabaciones que se están realizando del seminario, sino utilizarlo como un punto de apoyo de los temas tratados con los pasantes que aquí tomarán otras formas y desarrollos. El modo en que actualmente estamos desarrollando Seminario consiste en comenzar por los aspectos más generales de la clínica y luego ir bajando a conceptos más específicos como transferencia, lugar del analista, dirección de la cura, intervenciones, desciframiento, interpretación, fin de análisis etc., y en forma intercalada estamos realizando el mismo proceso con la parte de Psicopatología partiendo de los aspectos generales de la neurosis para luego ir pensando las estructuras propiamente dichas, histeria, obsesión, y ¿fobia?. En el Blog vamos a captar todo el desarrollo conceptual del seminario pero con algunas licencias respecto a la modalidad y el formato, haciendo un trabajo sobre lo trabajado, recortando, seleccionando retazos del seminario, desrealizandolos y articularlos con los Seminarios on-line que se encuentran en el FORO de la página de la Fundación. La idea es abrir flujos que den vida a los conceptos psicoanalíticos, sacarlo de lo formal y desértico de formatos preestablecidos. Reencontrarnos con el discurso de Lacan plasmado en la oratoria de los Seminarios y en la letra de los Escritos intentando su transmisión a partir de un estilo propio que vamos a ir construyendo en esta travesía nueva segmentada a partir del BLOG. Esta es la idea del significante “VECTOR”, la de vectorizar el pensamiento sabiendo a donde vamos pero tratando de abrir sentidos, senderos, colonizando espacios nuevos durante una travesía en curso.Antes de comenzar de lleno con estos “EFECTOS DE SEMINARIO” vamos a hacer un recorrido sobre como llegamos a este punto de abrir este espacio nuevo del Blog y como se articula con un contexto de construcción de un Departamento de Psicoanálisis llamado VECTOR LACANIANO dentro del campo Lacaniano.Fundación Agalma es una institución dedicada a la asistencia psicológica, la formación profesional y la proyección comunitaria y cuyo estatuto desde su nacimiento es ser “no toda” psicoanalítica, si bien los miembros de la misma son psicoanalistas o utilizaban ese marco teórico, la idea fundacional era invitar otras profesiones (Asistencia Social, Ciencias de la Educación etc) para la elaboración de proyectos comunitarios, etc.Dentro de la Fundación aparte de las actividades inherentes a mi función de Presidente tuve a cargo por deseo propio dictar Seminarios, crear un Departamento de Psicoanálisis y realizar una Página Web cuyo objetivo inicial fue la creación de una base de datos que pudiera almacenar una Biblioteca on-line y un Glosario de conceptos psicoanalíticos. Durante los últimos años la Biblioteca fue creciendo en su volumen llegando a tener más de 3.700 artículos que se encuentran gratuitamente a disposición de quien lo desee, desde ya los invito a navegar por la misma. En el año 2006 el objetivo fue ampliarla no solamente en el orden del psicoanálisis sino agregar Filosofía, Lingüística, Antropología, Sociología, Arte etc, como un aporte no solo a lo cultural sino a la articulación de los saberes. En ese tiempo sumamos también un Foro con el objeto de dictar Seminarios on-line y Foros propiamente dichos (¡visítelo!), ahí se encuentran los siguientes seminarios: “Clínica lacaniana”, “Psicopatología”, “Frases celebres de Lacan” y “Pensar desde la obra de Zizek”. En este 2006 realizamos un convenio con una O.N.G. que realiza actividades comunitarias, para que los pasantes pudieran atender pacientes en un consultorio de la misma, de este modo comenzamos a dar forma a las PASANTIAS CLINICAS con el objetivo de pensar la dialéctica clínica-teoría psicoanalítica. Estos profesionales tenían supervisión de los casos tratados y posteriormente presentaban en el grupo del seminario un Ateneo Clínico.Sobre el final del 2006 presente en reunión de la Comisión Directiva de Fundación Agalma el proyecto de crear un Departamento de Psicoanálisis que denominamos VECTOR LACANIANO cuyos objetivos son: la continuidad de las Pasantías Clínicas, Ateneos, Supervisiones, Seminarios en la sede y on-line, continuar desarrollando la pagina, agregar este BLOG para poder representar mas fluidamente las actividades de VECTOR LACANIANO. En este año 2007 estamos consolidando el espacio, con la continuidad de la Pasantía Clínica manteniendo el convenio con la O.N.G, y el formato de Supervisión, Ateneos y un Seminario denominado “CLINICA DE LAS NEUROSIS” de lo que intentaremos reflejar en este Blog. Asimismo estamos dando forma a la constitución de una RED DE ASISTENCIA PSICOLÓGICA.A partir de esta introducción damos paso a “EFECTOS DE SEMINARIO” el cual va a tener presentaciones periódicas cuya secuencia va a estar numerada, espero que participen a través de preguntas, evaluaciones, desarrollos teóricos. La forma es ir al final del texto, donde dice COMENTARIOS y escribir (postear) sus ideas para lo cual también deben registrarse.
Los miembros que participan en el Seminario en la Fundación son:
Macagno Gabriela
Aloco Maria Jose
Alberti Jimena
Manassero Maria Virginia
Moreta Antonio
Peresini Luciana
Albornoz Mariana
Tosco Betina
Viejo Monica
Dolores Aliaga
Pollino Natacha
Villanueva Laura
Ordazzo Victoria
Vecchi Carina
Aguirre Silvina
Desde ya muchas gracias y espero su participación, un abrazo.

"Clínica de las Neurosis" (2ª Sesión) Aspectos Generales de la Clínica. Autor: Lic. Roberto TORRES

Lo primero que quiero comentarles es como trabajamos en el Seminario “CLINICA DE LAS NEUROSIS” del cual vamos a articular los “EFECTOS DE SEMINARIO”..Un punto importante que se trató en la primera reunión fue la implementación de la metodología que íbamos a utilizar durante todo el año, la que para mi se convirtió en una incógnita al no saber como iba a funcionar ya que era la primera vez que la ponía en práctica. El objetivo de esta metodología fue la de implementar un formato mas riguroso y a la vez participativo que las disertaciones extraordinarias que se tornan monótonas y cansadoras, de esta forma se estimula una transferencia de trabajo a partir de la integración de todos los miembros del grupo. Se repartieron frases lacanianas para que cada uno las pudiera leerlas poniéndola a la consideración de los demás. Esto se convirtió en un Seminario a la letra de Lacan. El objeto de este formato fue presentar en forma rigurosa los enunciados lacanianospero haciéndolos accesible a través de un análisis del texto. Tenemos, entonces, tres tiempos, el primero, la lectura propiamente dicha del enunciado, un segundo tiempo que es mi análisis del mismo y finalmente un tercer tiempo que es la participación general, donde se abre el debate sobre la conceptualización expuesta. El segundo y tercer tiempo se pueden superponer.Empezamos el Seminario con el tema de la Metáfora inaugural que dio nacimiento al psicoanálisis, salto epistémico que realizó Freud en la soledad de su acto, navegante avanzando en tierras desconocidas, abriendo un campo nuevo a partir de este acto fundacional colonizando territorios inexplorados donde tuvo que enfrentarse con inmensos obstáculos que harían recular al más pintado, pero no cedió en su deseo, continuó la travesía siendo el capitán del barco y la única tripulación, a la que luego y en aguas menos tormentosas se irían sumando algunos escuderos que conformarían la comunidad analítica. Esta es la expedición en la que actualmente nos embarcamos intentando continuar el derrotero esbozado en la hoja de ruta y plasmar en la bitácora de nuestra travesía los paisajes lacanianos que vamos observando. Somos herederos del deseo inaugural y guardianes de las fronteras del campo donde anida el Agalma del descubrimiento analítico.Desde los orígenes y bajo el lazo filiatorio que atraviesa las distintas generaciones de analistas nos encontramos nuevamente recreando conceptualmente los elementos puestos en juego en una clínica estructural como lo hicieron sistemáticamente los que nos precedieron.La pregunta que empezamos a trabajar y que representa la medula del seminario es ¿qué hacemos cuando llevamos adelante un análisis? a la que se vinculan otras preguntas como ¿Cuál es y en que consiste ese lugar que debo ocupar como analista? y ¿Cómo se lleva adelante la dirección de la cura?Comenzamos a pensar la escena analítica. La situación típica es que alguien solicita una primera entrevista donde presenta su problemática sintomática, esto lo hace a través de un discurso donde se van esbozando las demandas, motorizadas por cierta disposición transferencial que delega cierto saber en alguien que aún desconoce y que en realidad nunca va a conocer a este Otro al que se dirige, por la simple razón que la relación que los vincula es absolutamente disimétrica. Ante esta situación nos encontramos, es nuestra función ocupar y resguardar un lugar que nos determina y que, en concordancia con un deseo sostenido, nos autorizamos a dirigir estas excursiones analíticas. Este movimiento propio de un análisis se realiza en el mismo momento que se van abriendo senderos que en forma zigzagueante nos hace saltar entre hilos discursivos, que en muchos casos y sin razón aparente, viramos por el anverso del pliegue que devela la posición dominante del significante sobre el significado.Se sucedieron una serie de preguntas de los pasantes respecto a este lazo de los cuales ellos tienen que dar consistencia en su práctica.Tenemos entonces un dos (imaginario) que se reordenan en el orden del tres (simbólico), dos actores en juego, analista-analizante que hacen la escena analítica solo si entran en la dialéctica propia de la dimensión de la palabra, es decir, en el universo discursivo bajo las leyes del significante. Triangularidad analítica anudada a través de la argamasa de la sustancia transferencial, lo que abre otra pregunta ¿Qué transferencia? La del análisis no es cualquier transferencia, es la que incomoda a los no-analistas que de ningún modo se meten en estas aguas turbias, y los analistas que si se meten y la esperan, como al agua en el desierto, en determinado momentos de la incursión se dan cuenta que el agua les llega al cuello, pierden el suelo firme donde se apoyaban y emerge ese terror al acto del que hablaba Lacan al quedar expuesto al incremento transferencial. La transferencia que nos interesa es aquella que marca el comienzo verdadero de un psicoanálisis, la neurosis de transferencia, no hay análisis fuera de transferencia, comienza cuando el analista es investido y colocado en el núcleo de esa neurosis artificial que duplica la que portaba antes de comenzar su tratamiento. Así podemos enumerar tres tipos de neurosis, la infantil ligada a la crisis edípica, la adulta que resignifica y es determinada por la infantil, y por ultimo la neurosis de transferencia como duplicación de los significantes reordenados en el espacio clínico poniendo en juego la realidad del inconsciente. Entramos de lleno en el enunciado lacaniano “la transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente” (ver: el seminario on-line “FRASES CELEBRES DE LACAN”en el FORO). Esta realidad del inconsciente no es otra cosa que la realidad sexual. Abrirnos al inconsciente es pensar que hay un mas allá del enunciado del analizante, que tiene que ver con la cadena significante que lo determina, que desde Freud lo pensamos como retorno de lo reprimido. Este inconsciente es el discurso del Otro, lugar donde se realiza la pulsación temporal de su apertura y cierre a partir del espacio topológico de su nasa. Esto indica que no siempre se puede intervenir, el acto del analista debe realizarse acompañando el tiempo de la apertura del inconsciente. Este línea discursiva nos acerca a una frase que me parece que sintetiza esta referencia: “el rosario se reza solo, no espera que vayas a rezarlo” es decir lo que circula y se articula en el inconsciente, por lo tanto ese rosario que desconozco yo no lo rezo, tu no lo rezas, nadie lo reza, ese condenado se reza solo. Todos pensamos que rezamos el rosario de nuestras vidas, pero lo que podemos diagramar es que la vida en un gran eslabonamiento que no manejamos ni marcamos sus tiempos. Los hilos de nuestro destino están en manos del Otro que nos maneja desde cierto exterior próximo, como marionetas andamos a los tumbos por la vida pero con la convicción deliroide que estamos al mando y manejando a discreción la botonera del panel de control de nuestra existencia. Esto es lo que pasa en un análisis, el paciente se encuentra en la inermidad de verse sojuzgado por el síntoma que se repite, insiste, a pesar de sus esfuerzos por dominarlo, este malestar subjetivo de la intrusión sintomática en su vida es lo que lo lleva a la consulta. Son los efectos de la cadena inconsciente, S2, el rosario, que hace emerger esos significantes que hacen base en la superficie, S1. Esto es lo que más claramente ilumina la idea de que el sujeto no sabe lo que dice, que dice más de lo que cree decir, donde el enunciado que expresa lleva en sus entrañas otros sentidos que como acontecimiento clínico irrumpe furtivamente en el discurso para desaparecer taponado por los significados que rápidamente dispara el analizante y que de parte del analista puede ameritar un corte oportuno para generar un efecto sujeto.Por lo tanto el sujeto dice más de sí de lo que realmente quiere expresar, nuevamente el rosario se reza solo. El paciente cree que sabe lo que dice, pero en realidad no sabe nada, ni siquiera a donde eso lo lleva, es ese Otro del inconsciente el que toma el control de la situación. Este Otro que actúa en él es su perdición. El sujeto viene armado, controlando todo lo que quiere relatar sobre los problemas que tiene con su mujer, sexualidad, historia, hijos, etc, mientras le echa la culpa al destino, a su pareja, al patrón, poco a poco se da cuenta que hay algo en él que tiene que ver con lo que le pasa, un no sabido de sí que lo hace actuar y lo compromete como autor y que solo en el a posteriori de su acto percibe que la cosa no anda y lo trasciende. Entonces, hay un saber Otro que hace que diga lo que dice sin saber por que lo dice; ese es el Inconsciente. Nadie maneja el pensamiento; yo no sé como se va armando lo que estoy diciendo, no estoy pensando lo que voy a decir en el momento que lo digo, sería imposible. El pensamiento tiene su origen en el inconsciente, desde ahí se constituye. Estamos en un punto importante de la clínica que refleja los niveles de densidad de la palabra. Lacan en sus inicios diferenciaba palabra plena de palabra vacía, donde una palabra cualquiera, como con los restos diurnos del sueño, es colonizada por los derivados de lo reprimido constituyendo la matriz de las formaciones del inconsciente. Aquí podemos convocar nuevamente a Lacan cuando dice que los actos fallidos paradójicamente son actos que triunfan, y nuestras palabras que tropiezan son palabras que confiesan. Por lo tanto la verdad caza al error por el cuello de la equivocación. Eso habla, la verdad habla en el sujeto. Una verdad que se encuentra vinculada al deseo inconsciente donde ambos se encuentran determinados por el plano simbólico. Es ese deseo reprimido es la parte excluida del sujeto, lo más exterior pero a la vez más intima del sujeto, lo más sí mismo de sí, su extimidad. Es en este nivel descentrado donde el deseo aparece como residuo último del efecto del significante en el sujeto. Deseo como punto de articulación de la demanda con la realidad sexual. Es a partir de la intervención sobre este nivel de descentramiento que podemos esperar cierta modificación sintomática.Continuaremos próximamente la segunda parte y subsiguientes. Deje su comentario.

"Clínica de las Neurosis" (3ª Sesión) Aspectos Generales de la Clínica. Autor: Lic. Roberto TORRES

Quiero recordarles que en el seminario realizado en la Fundación trabajamos con frases de Lacan que se analiza a la letra. Un enunciado que les traje escondía cierta trampa al decir que “Un análisis se ordena a través de las intervenciones del analista sobre las conductas del paciente durante la cura. Las mismas son conductas desviadas de la normalidad, según la media social. El analista sabe esto por su propio análisis, él es el reflejo de lo que hay que lograr”. Un participante comenta que esto tiene que ver con el análisis propio que debe realizar cada uno. Le respondo que más allá de esta variable que todo analista debe pasar por el caldero de su propia cura, la frase es engañosa y falsa porque expresa aquello que nosotros debemos evitar, el riesgo que implica la desviación analítica donde se desplaza peligrosamente el eje del trabajo desde el discurso a la conducta del analizante, tomando los datos de la realidad fenoménica como material clínico.
Una intervención plantea si puedo explicar mejor esta diferencia.
El error de esta postura analítica radica en la interpretación imaginaria de lo que pasa. Intento transmitirles que es lo que Lacan en sus primeros tiempos y enarbolando las banderas de un “retorno a Freud”, criticaba de los posfreudianos, diciendo que estos analizaban al paciente a partir de montajes imaginario que se apoyaban en: patrones de conducta, sus reacción contratrasferencial, el trabajo con un forcejeo con las hipotéticas resistencias del analizante, donde emerge la imagen del analista como modelo ideal a alcanzar en el final de la cura etc. El verdadero psicoanálisis pasa por otras variables, pone el acento en lo estructural, en donde lo esencial pasa por el análisis del discurso, dando prevalencia a la palabra en su articulación con el universo simbólico. De esta forma los fenómenos emergentes en la cura son tratados a partir de su estatuto significante y respetando los tiempos de decir del paciente. Sostener un análisis donde nos guiamos por indicios estructurales ligados a las vías de construcción significante y no a partir de datos fenoménicos que no están a la altura de la emergencia del sujeto. Esta emergencia del sujeto solo se da por vía significante. El material lo pone el paciente a través de su discurso que tropieza, se enreda, y el analista debe intervenir a nivel de la letra significante. Es fundamental la forma de conceptualizar la práctica clínica porque va a determinar el modo de conducir una cura; no es lo mismo que pensemos tomar como material clínico la contratransferencia o la conducta desviada respecto a una media estándar, que posicionarnos a partir del decir del analizante motorizado por la transferencia. No es lo mismo trabajar solo con el significado de la frase, como unidad de significación que actuar a partir del criterio de la dominancia del significante por sobre el significado Si optamos por la alternativa significante, no nos vamos a quedar entrampados en la significación esférica y resistencial de la frase, de este modo nuestra escucha va a estar agazapada a la espera de la aparición fugaz de formaciones del inconsciente, lo que constituye el verdadero acontecimiento clínico. No es lo mismo trabajar para que el paciente se pueda “adaptar” conductualmente a la realidad, que esforzarnos en trabajar a partir de la lógica significante de que ese rosario de la palabra se reza solo y genera efectos en el sujeto. Es una posición que aborda el caso a partir de los indicios de la emergencia del inconsciente a través del retorno de lo reprimido, de sus retoños, que devela más que cualquier otra cosa la verdad del sujeto.
No es lo mismo intervenir sobre la palabra desde la perspectiva de un significado cerrado, que entenderla como un punto de apertura a diversos sentidos según el entramado significante. Es la palabra en su plurisignificación, el dicho como usina generadora de la multivocidad de decires otros. Para mostrar esta diferencia entre la significación y la apertura de la palabra a diversos sentidos, realice en el seminario un ejercicio en el pizarrón donde escribo:
¡¡¡AY QUERIDO ASI NO PODEMOS SEGUIR MAS VIVIENDO!!!
Pido a uno de los asistentes mujer que se pare y lea la oración dándole el énfasis marcado por los signos de exclamación, comento que voy a ir borrando una a una las palabras y cada vez que lo haga debe volver a leer manteniendo el mismo tono subido de voz.

¡¡¡AY QUERIDO ASI NO PODEMOS SEGUIR MAS..!!!
¡¡¡AY QUERIDO ASI NO PODEMOS SEGUIR..!!!
¡¡¡AY QUERIDO ASI NO PODEMOS!!!
¡¡¡AY QUERIDO ASI NO!!!
¡¡¡AY QUERIDO ASI!!!
¡¡¡AY QUERIDO!!!
¡¡¡AY!!!

Ven como se van modificando los sentidos de lo que se dice, este es un ejemplo claro de cómo trabajar analíticamente, como puntuar alguna palabra, un tropiezo, un silencio porque se convierten en significante y por lo tanto escapa del cerco de la frase hacia otros significante que develan la determinación de la cadena inconsciente.
Por esto en martilleo permanente de Lacan para que no comprendan demasiado pronto, en sus seminarios respecto a los conceptos pero fundamentalmente en la clínica donde la comprensión cumple el papel de elemento obturador de la circulación significante. Esto va de la mano de lo que tiene que ver con la posición del analista que debe evitar colocarse en la posición del amo que todo lo comprende y todo lo sabe, sino mas en la posición de incomprensión de lo que el otro dice, de hacerse el tonto, de no entrar en la complementariedad del discurso del analizante, lo que representa una alianza encubierta. Estamos bordeando por diversas perspectivas el como posicionarse en un análisis, porque si bien el analizante es el que debe dar el material que autoriza al intervención del terapeuta, el analista no debe tener una posición pasiva ya que de él depende la dirección de la cura, esa es su responsabilidad, por eso el dicho de Lacan que la resistencia en análisis es la resistencia del analista. Es por esto que hay que realizar una especie de depuración subjetiva para estar a la altura de la función que implica el lugar del analista, para lo cual uno de los aspectos de la formación analítica tiene que ver con la seriedad del trabajo teórico que debemos realizar para ocupar la buena posición. Es apuntar a un analista sin cabeza yoica, un espejo vacío. De esta forma Lacan plantea que el a (yo) del analista debe estar borrado, es decir llevar el a al A (Otro) y agita las aguas al decirle al analista que arriesgue por lo desconocido. En esta dirección se encuentra la frase “hacerse el muerto” para no entramparse en las jugarretas de lo imaginario, tratando de habitar el silencio, haciendo silencio en sí, que no es no hablar sino medir las intervenciones para no salirse del lugar del Otro donde el analizante nos coloca que es el lugar de la escucha. Corremos el riesgo de hacer una caricatura del analista como un ser estático, inmutable, que mantiene un silencio permanente, esta forma de ocupar el lugar es devaluar el aspecto simbólico de un silencio operativo que fomenta el circular significante de la asociación libre, degradarlo a un registro imaginario que a fin de cuentas tapona, inhibe dicha producción.
Todos estas tomas de posición se centran en el enunciado donde todo fenómeno analítico esta estructurado como un lenguaje, marcado por el significante. Lo que habla en el sujeto desde el lugar descentrado es el inconsciente, desde este punto de vista vemos que en el síntoma eso habla desde la parte desconocida del sujeto y se articula de modo significante.
Eso que habla desde las entrañas del ser se organiza alrededor del complejo de Edipo, que no es otra cosa que el núcleo estructural de las neurosis. Para poder trabajar sobre las vías de construcción significante debemos plantearnos cierto espesor del psiquismo y abordarlo a partir de los fenómenos marginales o residuales, como el lapsus, el sueño, el chiste cuyo estatuto es constituirse como formaciones del inconsciente.
Apuntamos al nivel del descentramiento, del discurso del Otro, es decir, del inconsciente porque es el lugar donde el sujeto puede allí nombrarse a sí mismo. No hay que olvidar que el significante representa al sujeto para otro significante, por lo tanto lo constituye como sujeto del inconsciente.
Es nuestra apuesta en la clínica conceptuar al análisis como orientado hacia el hueso de un real que se escabulle, es decir hacia el punto nuclear de la realidad sexual. En esta línea Lacan dice que es de lo real y de su estatuto de lo que se trata en la operación analítica
Continuaremos. Deje su comentario

sábado, 23 de junio de 2007

EL ESTATUTO DEL SUJETO EN LA ESTRUCTURA PERVERSA 1 Autor: SANTESTEBAN OLGA

La perversión se presenta como un montaje lógico que le aporta al sujeto perverso un modo reglado de su relación al goce.Este montaje constituye una respuesta frente a la castración que a través de una escenificación denuncia su posición en la topología del goce... es así mostración de esa intimidad con el goce que intenta producir una inscripción de sujeto.La obra de Jacques Lacan ha aportado nuevas luces a este universo que ha adquirido nuevas nominaciones para mostrar la diferencia con las otras estructuras y ha permitido avanzar en la dirección de la cura hasta llegar a establecer y situar a la perversión como analizable e interpretable... y esto a partir de ubicar la pregunta que el perverso formula.Es así que el sujeto perverso se interroga si le queda la chance de que algo haya escapado en la disyunción cuerpo-goce, que haya escapado a ser goce alienado, es decir, la chance de que todo el cuerpo no haya sido tomado en el proceso de la alienación... en ese proceso que desgarra el cuerpo del goce.Es desde este punto que el perverso interroga la función del goce.J. Lacan decía, y la clínica lo prueba, que esa interrogación la produce sin jamas captarla mas que de una manera parcial...Pero aún mas... porque si en el proceso de la alienación se produce la disyunción cuerpo-goce... el perverso buscará reencontrar el goce, pero no sabrá en eso que deviene, lo que hace como sujeto... y la mayor parte del tiempo queda a mitad de camino de aquello a lo que apunta (Lógica del fantasma).Se abre así la perspectiva para plantear... ¿Cómo el goce es manejable a partir del sujeto?.Se intentará ubicar algunas cuestiones que señalan la posición del sujeto perverso como consecuencia de la operación de alienación y su impasse en la separación... ...razones que determinan el quedar petrificado en el ser de goce, tiempo esencial de la mayor desposesión subjetiva entregado a ese oscuro y opaco Amo de una voluntad de goce...¿Qué logra con esta estrategia?.Este Amo que se encarna en figuras que ocupan el lugar del Otro introducen un punto de fijación del deseo... Dios, La Mujer, las jefaturas, las jerarquías eclesiásticas, políticas, psicoanalíticas...Es bajo esta encarnación que el perverso queda colocado en la posición de ser instrumento de goce, donde el Otro se significa como ser supremo en maldad...¿Quién es fuera de esto?.¿Cuál es la medida de lo que queda por fuera de esto?.¿Cómo enfrenta lo insondable... Y ese inverificable del sexo que J. Lacan diagramó para todo sujeto?Algunas respuestas en lo que sigue.LA LOGICA PERVERSA. EL SUJETO RECONSTITUIDO DE LA ALIENACION. La lógica que vemos diagramarse en la cura de la estructura perversa es una lógica que opera con el sujeto reconstituído de la alienación produciendo el falo en tanto ausencia. Recordemos que el Falo tiene la función del significante de la falta en ser.Es el significante de esa pérdida que el sujeto padece a causa de la inscripción signficante... el Falo es el significante forcluído del goce sexual.La pérdida del goce sexual es la castración, por tanto, no está en el sistema del sujeto, esto indica que no hay sujeto del goce sexual... De esto se deduce que si esta radicalmente forcluído es el significante que agujerea al Otro (se iran desarrollando estas diferentes perspectivas en que funciona el Falo).Producir el falo en tanto ausencia se realiza con el objetivo de obturar la hiancia del Otro con su goce... esto indica un montaje perturbado del desarrollo de la pulsión cuyo acento recae del lado del ser.Encontramos aquí un punto esencial en tanto que en el juego que bascula entre el ser y el tener... despliega su posición subjetiva mostrando que la relación del sujeto al ser es su modo opaco y secreto de sustituir la relación del sujeto al mundo que el fantasma nos muestra en la neurosis.Que el perverso se relacione del lado del sujeto al ser indica que va acompañado de un movimiento donde queda petrificado en el ser de goce, conectándose de modo singular a lo real del goce produciendo en la relación cuerpo-goce-muerte una cierta perplejidad frente a lo insondable del sexo... frente a ese impasse inverificable del sexo que Jacques Lacan señaló en su elaboración de lo real (Los no incautos yerran).La construcción que Jacques Lacan ha producido sobre la constitución del sujeto referidas al ser y al goce, a la primera disyunción cuerpo-goce como apertura a la dimensión de sujeto, como introducción entre el cuerpo y el goce de la función sujeto y a la segunda disyunción del objeto a... como cierre... han situado la dimensión del deseo interrogando a ese ser que en el proceso de la alienación establece el “Yo (je) soy del goce”que debe quedar excluído para que surja como un “yo soy del goce renunciado“ en el proceso que va de la alienación a la separación. Estos desarrollos han iluminado el campo de la perversión y han constituído un aporte esencial en la dirección de la cura de la estructura perversa.Al diagramar el campo del ser y el campo del objeto a como dos campos diferenciados por una operación central que se refiere a la nulificación del Falo para que advenga la segunda disyunción -la del objeto a... mostró como en la estructura perversa el acento recae sobre el ser.Esta disyunción del objeto a inscribe la historia de las pérdidas en un universo que mediado por el fantasma permite al neurótico la relación del sujeto al mundo... veremos como se produce para la perversión.LA INSENSATEZ DEL SER.Veamos el campo del ser en la constitución del sujeto...El sujeto al articular la cadena significante trae a la luz la carencia en ser... el Otro... lugar de la palabra, es también el lugar de esa carencia ...ese ser es del orden de lo real que se manifiesta a nivel de lo simbólico, en los cortes, en los intervalos, ese ser puro de sujeto va a ser designado en el fantasma.El ser, enmascarado para el sujeto, es ese sacrificio de sí mismo, esa libra de carne empeñada en su relación con el significante... y es porque algo toma lugar de eso... que ese algo deviene objeto en el deseo.Es esto lo profundamente enigmático por ser en el fondo, relación con lo escondido, con lo oculto.Para que esto se produzca hay elección en la alienación porque el Yo (je) del goce debe quedar excluído para producir el yo soy del goce renunciado.De ese ser y su discordancia con el saber surgirá el sujeto... de una ruptura del ser queda la huella que hará un sujeto (Encore). En la operación de constitución del sujeto que va de la alienación a la separación hay un primer objeto que el sujeto pone en juego: coloca en el Otro su propia pérdida.Esta operación de extracción y colocación está en el centro del Complejo de Castración, de este modo en la salida de la alienación se restaura lo perdido a los fines de salvaguardar la división del sujeto.El perverso coloca ahí su ser... que servirá como instrumento del goce y esto hace a un modo, particular de relación entre el sujeto y el objeto dando al estatuto del sujeto una forma que J. Lacan llamó de SUJETO RECONSTITUIDO DE LA ALIENACION... y esto se produce a condición de constituírse como instrumento de goce. (Kant con Sade). Recordemos los lugares en la operación de alienación, operación esencial en la que se funda el sujeto...EL SER EL SENTIDOfadingsignificante unariomarca la separación entrecuerpo y gocesignificante binarioDESEO...y recuperemos lo que plantea en Encore: debemos ubicar para cada estructura la singularidad de cada uno de estos elementos... “las perversiones, tal como se cree poder detectarlas en la neurosis, de ningún modo eran eso, perversiones... los neuróticos no tienen ninguno de los caracteres del perverso. Simplemente sueñan con eso, cosa muy natural, pues ¿cómo, si no, alcanzar a su pareja?”.Rescato esto para volver a situar insistiendo en el sujeto reconstituído de la alienación a condición de constituirse como instrumento de goce. Es en la operación de separación donde se constituye la posición perversa que tiene que ubicarse frente a la ausencia de ser de la inscripción significante y la petrificación en la insensatez del ser.En la neurosis la separación confronta con el Deseo del Otro donde el sujeto pone en juego su propia existencia.Lacan señala que en la perversión la voluntad del Otro produce como consecuencia la anulación o la muerte del sujeto.El perverso colocado en la posición de querer gozar responde petrificándose como instrumento de goce... la voluntad se acomoda allí donde el deseo no tiene lugar.Pero surge aquí un punto esencial que en la dirección de la cura llega a constituírse en pregunta... interroga entonces por el límite de la transgresión...Si en la operación de separación se hace palanca sobre la voluntad y se vuelca la alienación sobre el Otro... el perverso en lugar de tomar la división, la empuja hacia el Otro... vale que nos preguntemos ¿de qué modo realiza esta maniobra?.El acto perverso conteniendo el escándalo, el ultraje al pudor, la búsqueda de angustia, la violación del pudor, logra alcanzar el punto de extimidad al que dará sus razones y sus comentarios en la mayor desposesión subjetiva.Esto forma parte y caracteriza al sujeto reconstituído de la alienación... entonces si es sujeto dividido en ese tiempo lógico de la alienación, es en la operación de separación donde se va a reconstituir colocando su ser entre el significante unario y el binario (en lugar de colocar su propia pérdida en el Otro, operación realizada en la neurosis).Esa colocación del ser se produce ofreciéndose como instrumento de goce.¿Es así como el perverso se confunde porque coloca el objeto extraído sobre el propio sujeto?.Esta es una de las razones con las que Jacques Lacan diagrama la inversión del fantasma.Interroga entonces por la inscripción del sujeto en el Otro.El sujeto reconstituído de la alienación se sostiene porque la renegación de la castración o sea la renegación del vaciamiento de goce que produce la operación significante le permite recomponer el fetiche con los restos ya inservibles de los objetos.Esta elección del ser hace que el deseo este apenas presente en la perversión y si decimos que el deseo es la barrera contra el goce, podemos captar la dificultad con el deseo... porque cuando el deseo no es barrera al goce puede suponer en el Otro un goce del cual él va a ser su siervo.Podemos captar también el lugar del fetiche viniendo a ocupar el lugar de los objetos.Es con el fetiche que el perverso completa con goce al Otro...LA INVERSION DEL FANTASMA.A partir de “Kant con Sade” Jacques Lacan diagrama la forma que toma el fantasma sadeano donde al placer se ha sustituído un instrumento (objeto a de la formula) y donde la división del sujeto se obtiene a condición de que su agente aparente se coagule en la rigidez del objeto, en la mira en que su división de sujeto le sea entera desde el Otro devuelta.El esquema ubica:Esta inversión de la fórmula del fantasma coloca el movimiento pasando por la voluntad V como muestra de la objetivación del goce petrificado en el instrumento-fetiche, así se prescinde de lo subjetivo... y a... pasa a ser la forma de la ley... el movimiento continua hasta generar la división entre el S - sujeto bruto del placer (sujeto “patológico”) y S.Esa voluntad, no puede llamarse de goce, sino es explicando que es el sujeto reconstituído de la enajenación al precio de no ser sino el instrumento del goce.Otro de los puntos que el texto señala es que por ser el objeto a del fantasma, que se situa en lo real, la tropa de los atormentadores por ejemplo en Juliette, puede tener mas variedad.Por otro lado el hecho de la exigencia, en la figura de las víctimas, de una belleza siempre clasificada como incomparable y por lo demás inalterable debería situarse no del lado del atractivo sexual -¡tan lejos de este universo! -sino del lado de la función de la belleza, como barrera extrema para prohibir el acceso a un horror fundamental.Es para la dirección de la cura una interrogación crucial al tener que situar lo que actúa como barrera para prohibir el acceso a un horror fundamental en los tiempos donde la maniobra sobre lo real que situa hoy la ciencia nos precipita a una toma de posición sobre el límite de esta maniobra sobre lo real.La ciencia ha traspasado las barreras que funcionaban tácitamente como prohibidas y situaban campos de horror allí donde hoy son ofertas para dar solución a lo que el sujeto situa como imposible, sobre todo en lo referente a un cuerpo y su relación al goce... un cuerpo y su interioridad... ( Congreso sobre lo real).A través de todo esto Lacan se interrogaba en la posición de Sade por el punto exacto ante el cual retrocedió.Colocó allí el mandamiento cristiano al manifestar su rechazo de la pena de muerte.Sade se detuvo allí, en el punto en que se anuda el deseo a la ley...Algo de él se dejó retener en la ley...Pero no fue mas lejos.El hecho de que la madre sigue estando prohibida, le permite decir a Lacan: queda confirmado nuestro veredicto sobre la sumisión de Sade a la ley... pero en esta obra... del deseo pues, poco hay aquí, y aún de hecho nada. Cuando Lacan define lo que llama deseo perverso lo ubica como voluntad de goce.

FUENTE: DISCURSO FREUDIANO

EL ESTATUTO DEL SUJETO EN LA ESTRUCTURA PERVERSA 2 Autor: SANTESTEBAN OLGA

LA PULSION NO ES LA PERVERSION.
Lacan señala que si a nivel de la pulsión el objeto no es alcanzado, el fantasma sirve para alcanzar el objeto que la pulsión no había alcanzado y sirve como uno de los soportes del deseo... no es el objeto el que sostiene al deseo.El sujeto se sostiene como deseando con respecto a un conjunto significante siempre mucho más complejo. Esto se ve bastante bien en la forma de escenario que ella toma, donde el sujeto, mas o menos reconocible, esta en algún lugar, escindido, dividido, habitualmente doble, en su relación con este objeto que muy a menudo ya no muestra mas su verdadera figura (Los cuatro conceptos fundamentales para el psicoanálisis).Es justamente en ese instante en que el sujeto se hace el objeto de otra voluntad, que no solo se clausura, sino que -por ejemplo- la pulsión sadomasoquista se constituye.Abordaré luego esto como esencial al estatuto del sujeto en la perversión -razón del título de este trabajo- ese instante de flash... de dimensión contituyente... instituyente ofrecida al goce.No hay señuelo... solo el instante del acto perverso intentando inscribir en una repetición indefinida el mismo acto.Esto prueba el axioma de Lacan “la pulsión no es la perversión”. Diría que: la perversión es el intento fallido de constituir la pulsión.Lacan señala que lo que define la perversión, es justamente como el sujeto se sitúa en la estructura.Lacan en su seminario, “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”... situaba la manera en la que el voyeur se ubica en la estructura en el tiempo del acto de voyeur.Señala que el sujeto en tanto trata de ver, no está ahí a nivel de la pulsión de ver. Esta ahí en tanto perverso y no se ubica sino al término de la argolla. Lacan se interroga por el lugar del objeto y muestra como en el perverso el blanco es alcanzado.El objeto es aquí mirada, mirada que es el sujeto quien lo alcanza, quien hace diana en el tiro al blanco.En el campo de la pulsión escópica la mirada es este objeto perdido, y de repente reencontrado, en la conflagración de la verguenza, por la introducción del otro.Lacan hace una referencia a Sartre y acota que si en la lectura que produce Sartre hace surgir la instancia de la mirada no es al nivel del otro cuya mirada sorprende al sujeto mientras ve por el agujero de la cerradura, sino que ocurre que el otro le sorprende a él, el sujeto, como siendo todo él mirada oculta. ¿Entonces, que intenta ver?.Lo que intenta ver es el objeto en tanto ausencia.Esto constituye uno de los aportes esenciales en el campo del psicoanálisis y da razón a la lógica perversa.Lo que el voyeur busca y encuentra no es mas que una sombra, una sombra detrás de la cortina.Ahí fantaseará cualquier magia de presencia, la chica mas graciosa incluso si en el otro lado sólo hay un atleta peludo.Lo que busca no es, como se dice, el falo, sino precisamente su ausencia, y de ahí la preeminencia de ciertas formas como objetos de su búsqueda.Lo que se mira, es lo que no se puede ver...
EL CAMPO DE LA PULSION ESCOPICA.
Recordemos que Lacan diagramó en el campo de la pulsión escópica el objeto a, como aquello de lo que el sujeto para constituírse, se ha separado como órgano. Eso vale como símbolo de la carencia, es decir, del falo, no en tanto que tal, sino en tanto que falta. Es preciso, pues, que eso sea un objeto, en primer lugar, separable, en segundo lugar, que tenga una relación con la carencia... objeto privilegiado surgido de alguna separación primitiva, de alguna automutilación inducida por el acceso mismo de lo real, cuyo nombre, es el objeto a.La mirada puede contener en sí misma el objeto a donde el sujeto viene a caer... la mirada puede llegar a simbolizar la carencia central expresada en el fenómeno de castración... y deja al sujeto en la ignorancia de lo que hay mas allá de la apariencia.El ojo y la mirada, tal es ...la esquizia en la que se manifiesta la pulsión al nivel del campo escópico... lo que es elidido en el campo de la visión es la mirada.Recordemos también como Lacan señala frente a su lectura de la relación entre el pintor, su obra y el espectador que se da algo al ojo... se da algo como alimento al ojo, pero se invita a aquel a quien se presenta el cuadro a deponer ahí su mirada, al igual que se deponen las armas. Se da algo no tanto a la mirada como al ojo, algo que implica abandono, depósito, de la mirada.Se puede también engañar al ojo como en el trompe - l’ oeil donde se intenta por una serie de artificios de perspectiva crear una ilusión de objetos enrelieve... en esta apariencia engañosa se produce el triunfo sobre el ojo, de la mirada.Ganamos la visión, el ojo sirve como sedimento a la mirada....hay deposición de la mirada....el a es presencia de un hueco, de un vacío, ocupable por cualquier objeto, como nos dice Freud, ...y es por este objeto que el sujeto, logra alcanzar la dimensión del Otro -en tanto el a es representante de la pérdida que liga el inconsciente a la pulsión ...a partir de esta operación....el a regla toda acción que tiene por eco un deseo.El recorrido por estos conceptos nos permiten ubicar el lugar que ocupa en el acto de voyeur ese intento de ver el objeto en tanto ausencia... lo que se mira en el acto es lo que no se puede ver.Los diferentes niveles en la ubicación del objeto a ha permitido captar qué ocupa su lugar en la perversión.
LA FUNCION DEL OBJETO a. INSTRUMENTO DE POTENCIA FALO = FALTA ANAL MIRADA ORAL VOZ
Respiración Incorporación Superyó VACIO DEL OTRO PosicióndeRetornoaCAUSA DEL DESEO Lacan plantea en el seminario “La Angustia” un esquema para la constitución del objeto a como una estructura compuesta por estos diferentes pisos. En las diversas formas en que se manifiesta siempre se trata de una misma función, a saber, de qué modo a esta ligado a la constitución del sujeto en el lugar del Otro y lo representa. Recordemos que Jacques Lacan plantea que es en el discurso sobre la función de la renuncia al goce donde se introduce el término del objeto a. Queda allí el plus de gozar como función de esta renuncia bajo el efecto de discurso.El sujeto que se fabrica tiene existencia en el movimiento que va del seno a la deyección y de la voz a la mirada, a partir de esto la única relación con el goce es con la pérdida de goce. El goce está dirigido a un esfuerzo de rehallazgo del objeto perdido ...ese goce no podría ser reconocido mas que por la marca que ha dejado la renuncia... la marca, el trazo unario...El a funciona como lugar de captura de goce.En este movimiento que va de la renuncia a la captura se constituye agujereando lo real lo simbólico que como lugar del Otro expulsado del goce se estructura por la incidencia significante... Es por este movimiento en que el a agujerea el lugar del Otro, -en tanto perdido,- que produce la inscripción de sujeto para que pueda colocar luego su firma. ...así por estas operaciones se introduce allí esta falta, esto es, la expulsión del goce; instalando en el lugar del Otro esta barra que da cuenta de la división del sujeto... así esta abertura, ese agujero puede distinguirse con el título del objeto a en tanto presencia del deseo. Esta operación que cierra la constitución de la pulsión introduce en la topología del goce una administración y regulación que a través del fantasma - sitúa la estrategia para localizar un objeto apto para el goce perdido como intento de goce a recuperar.El fantasma es uno de los modos de situar al sujeto en relación al Otro, esencialmente frente al Deseo del Otro.Como estrategia de engaño, o de anhelo ingenuo el fantasma surge para detener el Deseo del Otro... intenta detener -lo que lee- como capricho del Deseo del Otro y ante lo imposible de descifrar que se le presenta en el Deseo del Otro, el fantasma en tanto axioma dice: es esto, esto es lo que el Otro quiere.Encontramos aquí en Jacques Lacan otro de los aportes esenciales para la dirección de la cura en análisis avanzados.El objeto no es alcanzado por la pulsión, como vimos, la pulsión es el efecto y la consecuencia de la pérdida de objeto producida sobre la operación de nulificación del FALO.¿Cómo situamos al sujeto?.El propio sujeto se sitúa determinado de manera tal que esta determinación del sujeto es el fantasma: el Otro quiere algo para ver... para escuchar... para chupar... para la deyección...Así el sujeto viene alcanzar el lugar del objeto que la pulsión no alcanzaba.Ahora el sujeto es él mismo el objeto que puede... por ejemplo ...ser visto.El Otro me ve bajo la forma en que me complace ser visto.Lo que se ofrece como imagen es i(a).De este modo la mirada no coincide con el ver, con la visión.Lacan dirá: es lo que se da - a - ver lo que llama al a - ver.El texto de la mirada en tanto objeto a (reparemos en esta precisión de J. Lacan: la mirada en tanto contiene el objeto a o la mirada en tanto objeto a... es “TU NO ME VES DESDE DONDE TE MIRO”HIANCIA objeto a Este desarrollo del fantasma si se coteja con la diagramación de los tiempos de la gramática pulsional indica la forma de aparición del sujeto a través del fantasma.La pulsión es un montaje... es un medio de producción de satisfacción.Si tomamos el campo de la pulsión escópica, Lacan mostró que el objeto de la pulsión de ver es la mirada... mirada como resto producido por el contorneo del trayecto de la pulsión, a esto lo nombró DERIVA DE GOCE. Consideramos aquí todo lo que se revela de la distribución del placer en el cuerpo.Si el placer se ubica como disminución de goce... el goce pide otro goce... encore, mas de eso allí... de eso aún más...Los impasses del goce producen síntoma que articulan una dimensión que permite que algo NO SE REALICE.En el corazón de la pulsión está el objeto a: mirada (en este caso).Si el a liga la pulsión al inconsciente, esto se revela como un saber... es el lugar teniente de lo sexual.Consideramos entonces un saber y un Sujeto.Saber que intenta articular una verdad sobre el sexo ...lo sexual en tanto prohibido.En el origen de todo saber hay un NUDO DE GOCE. Aquí encontramos la FUNCION DEL PADRE como sostén de todo el montaje gramatical... y el saber que deriva de esto es un saber fundado por una interdicción sobre la sexualidad y la muerte.Es porque el a liga la pulsión al inconsciente que podemos decir que “las pulsiones son el eco en el cuerpo del hecho de que haya un decir”.En esta economía de goce en cuyo centro se encuentra el objeto a... en el hueco, en el vacío del borde de esta estructura de borde, un objeto cualquiera aparecerá en ese fluír que hace las veces de objeto a.Así el objeto mismo, no es más que la presencia de un hueco, de un vacío, ocupable por cualquier objeto -tal como Freud lo situó- y para nosotros bajo la invención de Jacques Lacan cuya instancia conocemos como el objeto perdido - el objeto a en tanto el análisis lo articula por eso que es, a saber, la causa del deseo, es decir, la división del sujeto, como ese ser que es desde el origen falta... falta en gozar.Sin estos desarrollos no era posible situar la verdadera cuestión de la estructura perversa en esa maniobra exorbitante en su esfuerzo por intentar obturar ese agujero en el Otro... ese esfuerzo por colocar en ese fluir... esa imagen fascinante del fetiche que se hace estatua...Se puede ahora comparar la diferencia de operaciones producidas al decir que en la pulsión escoptofílica se trata de hacer aparecer en el campo del Otro la mirada...Veremos como Lacan articuló en el objeto mirada la posición del exhibicionismo y del voyeurismo.
ACERCA DE LA MIRADA EN LA PERVERSION.
Que en el acto exhibicionista se proponga hacer surgir la mirada, continua la lógica que se planteo con el falo... buscar una ausencia ...buscar allí donde no esta... buscar hacer surgir la mirada en el campo del Otro en tanto da a ver al otro lo que la suscita.Lacan coloca el acto voyeur como un acto de profanación ...interrogar en el otro lo que no puede verse ...el objeto del deseo del voyeur se coloca por ejemplo al nivel de un cuerpo picado de viruela, de un perfil de niñita... la brújula cambió, ahora se trata de la propia mirada del sujeto: suscitar en el otro lo que nunca podrá ver, su propia mirada para colmar al Otro.Lacan reitera y en esto situo la profanación: lo que no puede verse allí mas que en lo que soporta de inasible...Hay una fórmula que Lacan propone que ha iluminado la estrategia perversa: si se trata de restitución... se trata de intentar suplementar el campo del Otro, en la ignorancia misma de lo que es su soporte... lo que ocurre es que en esta ignorancia se escapa el Goce para el Otro; es decir, el fin mismo de la perversión.Se trata así de un suplemento de algo que, al nivel del otro, interroga lo que falta en el Otro como tal, y que allí adorna.
ACERCA DE LA VOZ EN LA PERVERSION.
Con el objeto a voz Lacan ha vuelto a leer la perversión para interrogar las diferentes dimensiones de la voz... la confesión ...la palabra en sus diferentes estrategias como el callarse ...el guardar silencio ...el modo de no tener mas la palabra...En el masoquista, él hace de la voz del Otro eso a lo cual él va a dar la garantía de responderle como a un perro. Esto no va sin esa búsqueda de un Otro que, sobre ese punto de la voz, pueda ser puesto en cuestión.Lacan señala y la clínica lo ratifica como el nudo esencial, que la búsqueda, por ejemplo, en la madre de una voz fría y recorrida por todas las corrientes de lo arbitrario, es algo que, quizás, él no ha escuchado en otra parte, del lado de su padre, viene de algún modo a completar... a tapar el agujero......Completar por la voz. Así busca hacer surgir la voz del Otro... lo logra a través de un otro al que induce a una acción que él manda, para esto cede su palabra para que retumbe la voz del Otro... sabe qué goce tiene que extraer.Se asiste allí como se libra deliberadamente a la identificación con el objeto rechazado, siendo él menos que nada... el sujeto que de su función de sujeto ha abandonado por contrato todos los privilegios.Lacan insiste en que esta búsqueda, esta construcción de alguna manera encarnizada de la identificación imposible con lo que se reduce al mas extremo deshecho, esta ligado a la captación de goce y constituye lo ejemplar de esta economía.En el sádico; se trata a su modo, él también, e inverso, de completar al Otro, despojandole de la palabra e imponiéndole su voz. En general, eso falla.Se sitúa así la obra de Sade donde ocupa su lugar la discusión, el debate. Se relatan los excesos más extraordinarios sobre las víctimas ...pero no hay uno solo de esos excesos que no sea comentado y aún fomentado por un orden que no provoca ninguna revuelta.El sádico aquí no es mas que el instrumento de algo que se llama suplemento dado al otro ...el otro no quiere... pero al menos, obedece.En síntesis, en la perversión, el perverso toma él mismo el cuidado de suplir la falla del Otro... es la restauración, -decía Lacan- de algún modo primera, la restitución en ese campo del Otro del a... el a como un efecto de la toma de algo primitivo, primordial... a condición de no hacer de ello un sujeto...¡...dar al Otro su verdadera plenitud!.Se llame Dios... Mujer... al perverso le es necesario que haya una mujer no castrada, -o mas exactamente señala Lacan- él la hace tal... HOMMELL (HOMBRE + ELLA) al colocar o proveer con algo que colma, que reemplaza la falta fálica para reconstituir un ser asexuado. Restituir, como plenitud un Otro sin barrar... que lo coloca del lado de una interpretación imaginaria de los acontecimientos y los hechos. El perverso, es él mismo el significante del Otro intacto...El sádico construye la figura de goce de una maldad absoluta. Conocemos los estragos cuando se acerca a este lugar la figura de “una mujer” frente a la cual se coloca como sirviente que debe al mal radical ofrecer las vías de un máximo de destrucción.Esta así exclavizado por esta necesidad de remitir bajo el yugo del goce lo que él apunta como sujeto... pero no se da cuenta que en ese juego él es estimado, haciendo algo que esta enteramente fuera suyo, y la mayor parte del tiempo quedando a mitad de camino de lo que apunta.Opera de una manera mas ingenua que el masoquista para extraer goce.
ACERCA DEL FETICHISMO.
Freud propone el fetichismo como una respuesta frente a lo real de la castración materna, siendo el sustituto de un objeto que no existe, el sustituto del pene que le falta a la mujer.Lacan volvió a ratificar que el fetiche es la condición con que se sostiene el deseo perverso, el deseo definido como voluntad de goce.Cuando Lacan va precisando el estatuto de la organización de los distintos pisos que dan por resultado el objeto a, colocandolo como causa del deseo, el fetiche adquiere otro estatuto en la organización de la realidad. Si la realidad resulta de la extracción en el Campo del Otro del a.¿El fetiche va a permitir la recuperación del goce sustraído?.El Campo del Otro supone un campo limpio de goce para permitir la división del sujeto.Entonces esta maniobra pone en cuestión la recuperación del goce sustraído y si bien fija el deseo en un punto, cuando se lo aborda en la cura nos encontramos con un conjunto de restos viejos, gastados, sucios, vetustos, hasta lo derruído acompañado de gemidos, quejidos, gritos, llanto... alrededor de un elemento mayor, porque el fetiche se elige exclusivamente en función de la relación significante con la imagen del cuerpo del Otro, específicamente con los bordes, por eso recae siempre la elección sobre el pie, el cabello, las prendas íntimas, los objetos de arreglo personal, maquillaje, postizos, pelucas... restos que nombran los tiempos arcaicos que debieron abrir el camino para la constitución del objeto.En análisis avanzados se puede volver a recuperar estos restos queforman parte del acto perverso de manera velada, escondida y cubiertos por los debates que anteceden o quieren explicar el acto perverso. Esto es de una enseñanza ejemplar para la posición del analista y da razón al lugar que debe ocupar la interpretación en sus diferentes niveles según que apunte a R.S.I.... y es una enseñanza para mostrar cuan lejos se debe ubicar el analista, de estos debates, explicaciones o confesiones que están hechas en la transferencia para apelar al goce...Según el valor que el analista le otorgue a esta realidad sabrá situar su posición en el punto exacto que demuestre que esta estrategia, la mayor parte del tiempo queda a mitad de camino de aquello a lo que apunta... la repetición así lo prueba.Todo esto muestra una gran distancia entre el fetiche como el brillo en la nariz, los zapatitos gastados o los pliegues de un vestido... de los abordajes freudianos... hasta la ubicación del fetiche cumpliendo función de objeto a en el plano de lo real como un conjunto bizarro de los restos que debieron perderse al constituirse el objeto a.La transmisión de la realidad clínica se torna opaca porque la materialidad de estas realidades lo es también. Lacan abrió muchas puntas para mostrar que así como no se trata del sujeto, sino del sujeto reconstituído de la alienación, esta por crearse para la transmisión esta realidad que muestra los tiempos en que se van produciendo las diferentes torsiones y la inscripción de las diferentes vueltas que acompañan la inscripción significante.Queda todavía un tiempo por delante para transmitir estas realidades y además... requieren la transferencia de trabajo.Lacan decía en “Kant con Sade” que cuando surge una invención que va rectificando la posición de la ética ...se deben caminar cien años para que la vía de Freud sea practicable.Cuenten otros sesenta mas para que se diga por qué todo eso.La obra de Lacan nos obliga a contabilizar estos mismos números...Extrapolamos a partir de la neurosis y cotejamos con las psicosis... pero la estructura perversa presenta fenómenos que no existen en las otras estructuras y de hecho Jacques Lacan volvió a crear nuevos términos y nuevas fórmulas para esta realidad.Otro aspecto importante es reconsiderar la función del fetiche en relación al concepto de suplencia... suplencia que viene en el lugar de la marca de la pérdida del falo, marca de la castración que en lo imaginario le otorga al perverso una solución.Se abre un larguísimo camino para situar los actos perversos que en su desafío interrogan por los fundamentos de la ley misma, actos que apuntan a interrogar la función del goce del Otro que toma en la perversión un lugar central......ese goce del Otro que es la red significante, ese goce del Otro que es el saber inconsciente....y esto se escapa en la perversión porque el saber esta comprometido en el mecanismo de la renegación que en su doble movimiento ha establecido el tiempo de la percepción como introduciendo en el saber la castración... y para administrar el impacto producido la renegación establece el texto: es mejor que de eso no se sepa... quiera el cielo que no haya sábido... así el saber queda teñido en esa opaca relación al goce como un deseo comprometido en este secreto poseído... vivído como tal... y como tal desarrolla la dimensión de su goce.Un verdadero secreto parte de un punto esencial que interroga la medida de lo que separa el goce del aplastamiento de la necesidad.Situo -en análisis avanzados- uno de los temas fundamentales de la interrogación en la perversión alrededor de este punto... y es así porque en la relación al otro hay una relación muy estrecha con la imagen del cuerpo propio, en tanto otro e imagen estan ligados a formas de envoltura en espejo.Lacan señalaba, esto es el medio del narcisismo. ...el hombre cerca la imagen, luego se engancha la forma de la armoniosa unidad recogida en el momento ...en su encuentro con su semejante pone a prueba su visión... de la cara... de los perfiles... de las formas.Lacan decía: ...la cara hacia las cuales palpita y toda su palpitación le vuelve en espejo en un remolino de alas batientes... hay una cara interdicta.Esto abre a un tema fundamental para la dirección de la cura... frente a lo que Lacan llamó la fixación narcisista de la vida, señalando que por mas inaccesible que sea, el goce es experimentado como peligro de muerte.Lacan diagramó larguísimos desarrollos para situar el cuerpo del otro y el goce... donde mostró que gozar del cuerpo del otro es hacer de él una presa que sería tanto del suyo propio si no fuera una sombra. Hacer del otro una presa... servirse de este otro en adelante vacío, como de un espejo, para proyectar ahí la superficie que es él mismo, para ver ahí dibujarse... la cosa que no tiene nombre, de ser lo que podría ser el fin de su goce... El inconsciente del sujeto es el lugar donde el sujeto vive la ignorancia de lo que es su propia muerte anticipada... el amor ...el goce ...el deseo ...matar lo que ama, producir el duelo por el objeto que sirvió al goce ...objeto prometido a las ansias del deseo.Antes de tener algo para gozar el sujeto humano es amado. Es su servidumbre, porque tan asombroso como paresca, la humanidad del hombre ha sido dada al amor. Sin embargo se sabe lo que cuesta...Si antes de tener algo para gozar, el sujeto humano es amado... y esa es su servidumbre... el estatuto del sujeto en la estructura perversa presenta en este punto lo más obsceno de lo real del goce en la búsqueda de lo que Lacan recordaba en una frase bajo la pluma de Píndaro:...sueño de una sombra: ¡Hombre!.

FUENTE: DISCURSO FREUDIANO

EL PADRE Y LA ANGUSTIA Autor: PORTILLO RONALD

Toda ley se apoya en el significante, en última instancia es el lenguaje mismo quien prohíbe el objeto edípico al sujeto. Es el significante quien orienta o encausa al deseo de un sujeto en relación al objeto prohibido... Así, el objeto del deseo y el de la ley constituyen uno solo y mismo objeto: el objeto prohibido. Es válido tratar de situar en nuestra contemporaneidad al padre. Donde está el padre que dice no al objeto prohibido por la ley que lleva su nombre? Donde encontramos la función del padre en cuanto al objeto en juego en el deseo? Lacan responde en el Seminario X que el objeto en juego es el objeto (a), el objeto perdido, el objeto equivalente al órgano separado. El objeto (a) no ha sido determinado por la prohibición, sustentada en la castración edípica. El objeto (a) ha sido producido gracias a una pura y simple separación. A tal efecto Lacan sostiene en el último capitulo del Seminario "La angustia": "Se trata de un objeto seleccionado por su calidad de ser especialmente cesible, de ser desde el origen un objeto separado y se trata de un sujeto por constituir en su función de estar representado por el objeto (a), función que permanecerá esencial hasta el final" El objeto (a) se presenta con la característica de ser algo separable del cuerpo, gracias a una operación de separación que JAM cataloga de automutilación en su curso "Piezas sueltas" (2003-2004). Automutilación para diferenciarla de una helero-mutilación, generada en la castración edípico por efecto de la ley introducida por el Otro. El objeto (a) engengrado por una operación de separación se presenta como correlato del objeto perdido presentado por Freud en "Tres Ensayos", tiene la característica de ser anterior a la ley y al deseo, vale decir anterior al Edipo y a la legislación paterna. Esta formalización realizada por Lacan en el Seminario X lo conduce inexorablemente a cuestionar la función del padre en la teoría psicoanalítica, llegando a relegar la función paterna a un segundo plano en relación al objeto (a). Así lo hace al final del capitulo XVIII , "La voz de Yahvé", del Seminario La angustia. Lacan comenta un articulo del psicoanalista austriaco Theodore Reik llamado "El chofar", publicado en la revista "Imago". Se trata del instrumento que se hace sonar en las fiestas judías más importantes, conmemorando la renovación de la alianza de ese pueblo con Dios. Reik plantea la equivalencia del sonido del chofar con la del mugido de un toro, sonido que reenviaría a la voz del Padre eterno. Se trataría aquí de una voz separada del Otro. La voz que falta al pueblo judío, el objeto (a) separado del Padre, el objeto perdido del pueblo judío. El sonido del chofar introduce la voz como un objeto, recordando evidentemente la función eminente del Padre divino para los judíos. Lacan recomienda a los psicoanalistas tener muy presente la función distinguida del Padre primordial y su asesinato en la elaboración freudiana, pues cuando se olvida la función del Padre muerto, toda la cadena de la elaboración psicoanalítica se deshace. Precisa que lo que permite al psicoanálisis su coherencia es el asesinato del padre y la dimensión de la ley que de allí se desprende. El sonido del chofar representaría el mugido de un toro que se muere por efecto de los golpes recibidos evoca el asesinato del padre primordial, reteniéndose su función en la economía del deseo. Sin embargo Lacan inmediatamente pasará a establecer que la cuestión del padre es secundaria en relación a la dimensión del objeto (a) y la función que éste aporta en cuanto al "rapport" del deseo y la angustia. La angustia será presentada por Lacan como la vía de excepción para acceder a ese objeto esencial, anterior a la función del Padre, por tanto anterior al falo y al Edipo, anterior al deseo mismo. Se trata de acceder a lo real vía el objeto en juego en la angustia. La angustia conduce, tal como lo había indicado Freud en "Inhibición, síntoma y angustia" a la dimensión de la satisfacción pulsional, al objeto real en juego en el que la pulsión logra su realización. La angustia como señal de lo real índica que en la angustia hay objeto, un objeto que guarda íntima relación con la satisfacción pulsional, un objeto que se ubica fuera de toda tramitación simbólica del Padre. Si bien la angustia puede estar ligada en un primer momento al deseo, al Otro, al Padre, como queda registrado en la articulación de la angustia a la dimensión de la falta, el eje fundamental desarrollado en el Seminario X apunta a la consideración de la angustia como señal de lo real. La angustia se presenta en un sujeto como "Índex" de "Das Ding", la Cosa. De aquí el objeto (a) le conceda a la angustia la característica de ser el "único afecto que no engaña". Lo que si puede engañar es el objeto del deseo, en juego en el registro del amor, registro de marcado acento imaginario presente en la consideración del agalma. El objeto (a) en juego en la angustia es verdadero, autentico, es el objeto del que no se tiene noticia, es desconocido, es el objeto perdido. El objeto (a), causa del deseo e index de La Cosa, en razón de su estatuto de real no tiene representación significante, no tiene inscripción en lo simbólico. Esto es precisamente lo que constituye su estructura misma. La estructura de la falta misma de representación significante es constitutiva del objeto (a), se inscribe como un correlato del agujero en lo simbólico: S(A/). Es a causa de la existencia misma de un agujero en lo simbólico que la angustia puede presentarse en tanto real como el afecto que no engaña.

FUENTE: EOL

LAS NUEVAS CONFIGURACIONES FAMILIARES: MALTRATO. ESTUDIO DE LA FUNCION SIMBOLICA Autor: EQUIPOS DE INVESTIGADORES DE AGALMA

Investigación realizada sobre un número determinado de casos, partiendo de la hipótesis de que existe una relación entre el maltrato y la perturbación de la función del Nombre del Padre al nivel de la estructura del grupo familiar. Los casos demuestran que el maltrato aparece como una forma substituta de la función paterna y que permite cierta subjetivación de la experiencia.Consideramos que la aproximación psicoanalítica de orientación freudiana y Lacaniana permite una mejor comprensión de la subjetividad y de los elementos inconscientes en la dinámica familiar que conducen a la generación del maltrato infantil.Limitar la consideración del problema a la sola dimensión legal, social o médica implicaría ignorar el estatuto del sujeto en sus implicaciones familiares y su subsecuente devenir.El propósito central de nuestra investigación, como su nombre lo indica, tiene por finalidad apreciar a nivel de la clínica del maltrato infantil la veracidad de nuestra hipótesis. Constatar a nivel de la experiencia misma del niño maltratado y de la estructura familiar en la que está inserto, los embates que ha podido allí experimentar la función simbólica del Nombre-del-Padre, constitutiva de todo lazo social.
Discusión de resultados
La muestra que presentamos en esta investigación (25 niños) deja al descubierto la relación de causalidad existente entre el maltrato infantil y una perturbación de la función simbólica del Nombre-del-Padre al nivel de la estructura del grupo familiar. A tal efecto estableceremos, en esta oportunidad, cuatro de las nueve conclusiones, relativas a los criterios investigados.
I Función Paterna
Una primera consideración atañe a la existencia simbólica de elementos regulatorios, de introducción de límites o de ejercicio de la autoridad en el seno de la familia del niño maltratado. La constatación de que en la casi totalidad de los niños estudiados (96%) reconocen la presencia de la función simbólica introductora de la ley contrasta con la evidencia de unos padres que al procurar maltrato a los hijos demuestran una alteración en la propia subjetivación de la regulación y del limite. Se desprende de esta observación una perturbación en la asunción de tal función simbólica, en ocasiones ligada a factores de orden cultural.La producción de maltrato en un niño por parte de un adulto en funciones paternas devela una falla en el ejercicio de la función simbólica del Nombre-del-Padre a nivel intrasubjetivo del padre maltratador. La consecuencia de esa falla se expresa en la ausencia de límites para contenerse en el castigo desbordado infringido a un sujeto que por su edad y naturaleza misma está imposibilitado o incapacitado para tramitar subjetivamente la violencia a la que es sometido. El padre que maltrata demuestra una incompetencia efectiva en la introducción y representación de la ley simbólica transmitida por vía del discurso, por vía de la cultura imperante. El niño maltratado se erige como una señal del disfuncionamiento de los padres (uno o los dos) en una familia. El maltrato es por tanto una de las formas como se expresa un síntoma de y en la estructura familiar.Una situación digna de destacar es que si bien los padres pueden reconocer conjuntamente que la función paterna falla en un 40 % de los casos de los niños evaluados, no sucede lo mismo del lado de la casi totalidad (96 %) de la muestra de niños maltratados. Al reconocer en ese porcentaje la existencia de una función simbólica paterna, al haber sido maltratados los niños están reconociendo de manera implícita que la violencia que se ha ejercido sobre ellos ha venido a ocupar las veces de la función simbólica del Nombre-del-Padre, desfalleciente a nivel de los padres maltratadores. La referida función se ha inscrito en los niños por medio de la violencia y por tanto se puede afirmar que el maltrato substituye en este tipo de familias a la función reguladora del padre en el registro de lo simbólico.La violencia desatada por los padres sobre el niño maltratado pone así en evidencia una notable disparidad. Si el padre o la madre maltratador(a) ejerce su violencia a causa de una falla en la propia subjetivación de la ley simbólica, el niño maltratado incorpora esa acción violenta como equivalente del ejercicio de la ley simbólica, quedando en consecuencia inscrita la ley en el niño como sinónimo de violencia y agresión.
II Valorización de la figura parental
El maltrato infantil, presente en diversos estratos socio-económicos de la ciudad de Caracas, se erige en nuestra contemporaneidad como uno de los índices principales del apocamiento o desvalorización de la función del padre, característica que no escapa a lo que se observa a nivel universal o global. En nuestra muestra se aprecia una muy pobre valorización de la figura del padre en el seno de la estructura familiar, llegándose a constatar en la entrevista conjunta realizada a los padres que en el 80% de los casos se considera tal imagen como negativa o ambivalente. El mismo porcentaje (80%) se aprecia en las respuestas aportadas por los niños maltratados sobre la valoración de la imagen del padre. Conviene precisar aquí que la poca valoración de la imagen-padre no conlleva necesariamente el no reconocimiento de la función paterna.En este plano es necesario diferenciar el papel que ejerce la función paterna de la imagen del padre. Cada una de ellas se ubica en planos diferentes, mientras la función se inscribe en el registro de lo simbólico de la inscripción subjetiva, la imagen, como su nombre lo indica, se adscribe al registro de lo imaginario, es decir de la imagen percibida.Si bien en las respuestas suministradas en la entrevista conjunta de los padres existe una mayor acercamiento entre el no reconocimiento de la función paterna, 40%, y la no valorización de la figura o imagen del padre, 80%, el desfasaje que se aprecia en el conjunto de niños maltratados entre uno y otro criterio es considerable: mientras que solo 4 % no reconoce la presencia de la función simbólica del padre, un 80% no valoriza su imagen. Esta muestra de niños reconoce, aunque de manera vicariante, el ejercicio de la función simbólica sin darle mayor valoración a la figura o imagen del padre. Situación que viene a demostrar que para el niño maltratado no existe relación proporcional entre la función simbólica del padre y la imagen que presenta el padre, desfase que acarrea perturbaciones considerables en la subjetivación del padre por parte del niño maltratado, tal como se apreciará mas adelante.
III Posición del niño en el deseo de los padres
Es la inscripción de la función paterna simbólica la que va a permitir la significación y la instalación del deseo en un sujeto, deseo que va a surgir a consecuencia de la acción del significante del Nombre del Padre en el llamado por Freud "Complejo de Edipo". Gracias al significante del Nombre del Padre, al operar en la interdicción del incesto, se orienta el deseo, en el marco de una dialéctica que se presenta entre el sujeto y el Otro. El deseo del sujeto estará marcado por el deseo del Otro, por el lugar que pueda ocupar el sujeto en el Otro, por lo que Otro aspira o desea de él. En la muestra que nos ocupa se aprecia que las tres quintas partes (60 %) del conjunto de niños estudiados declara no ocupar un lugar importante en el deseo de los padres, mientras que mas de la mitad de los padres reconoce no haber deseado de manera positiva al hijo maltratado.Resulta patente la relación existente entre el maltrato infantil y la existencia en los padres de lo que se puede llamar una ausencia de deseo o un deseo negativo hacia el niño objeto de maltrato. La poca valoración adjudicada a ese niño a nivel del deseo del Otro participa en la generación de la agresión en una relación inversamente proporcional: a menor valoración del niño en el registro del deseo de los padres mayor posibilidad de maltrato hacia un niño. Si establecemos la intima relación existente entre la función simbólica del Nombre-del-Padre y el surgimiento del deseo encontramos a este nivel que una alteración en el ejercicio de esa función tendrá repercusiones directas sobre el deseo y por ende sobre la posibilidad de maltrato anteriormente establecida.Nos topamos aquí con un elemento fundamental que subyace en la subjetividad del padre o madre maltratador(a): la ausencia de conciencia de responsabilidad en lo sucedido. El maltrato ocasionado es considerado en muchas ocasiones como un suceso inherente a la idea que tienen los padres sobre la idea o los valores culturales de la crianza misma de los hijos, sin llegar a comprender muchas veces la razón que tienen las instancias legales para inmiscuirse en asuntos familiares.
IV Subjetivación del maltrato
Ya hemos señalado anteriormente que la violencia sufrida por un niño adquiere valor de trauma en la medida en que no ha sido objeto de subjetivación, de paso por la representación simbólica, es decir por la palabra. La operación del significante del Nombre-del-Padre constituye el eje fundamental en la asignación de significación, lo propio del proceso simbólico de subjetivación.De la subjetivación del maltrato, de la significación que un niño puede asignarle a un suceso violento sufrido sobre su persona, sobre su cuerpo, dependerán en gran medida las consecuencias que puedan acarrear sobre su funcionamiento psíquico en los diversos momentos de su vida. En la muestra que nos ocupa solo un 8 % de los niños maltratados no dio señales de subjetivación del maltrato, en el resto se podían apreciar señales de connotación o denotación de maltrato, porcentaje que presenta una gran cercanía con la subjetivación paterna que fue de un 100 %. No es azaroso que dentro del porcentaje de no subjetivación se encontraran los casos mas graves de la muestra, casos en donde el trauma había causado mayores estragos.Se impone aquí precisar la especificidad y la relación que presentan para el psicoanálisis el maltrato y el estatuto de trauma psíquico. El maltrato no simbolizado, no subjetivizado es el verdadero trauma, en tanto que el maltrato que ha sido objeto de subjetivización, de pasaje por la palabra o por la representación gráfica, no puede atribuírsele valor traumático propiamente dicho. Esto no quiere decir para nada que el maltrato no traumático no acarree efectos o consecuencias para el niño. Solo plantea un mejor pronóstico para el niño en capacidad de simbolizar la violencia recibida.Dado que la subjetivación surge como una de las consecuencias directas de la inscripción del Nombre-del-Padre, lo anteriormente expuesto pudiese explicar el por qué no se encontraron casos de niños psicóticos en la muestra, aunque si se pudo apreciar la presencia de neurosis graves en casos de maltrato no simbolizado o traumático.
Conclusion final de la investigacion
Una conclusión final se impone como resultado de nuestra investigación: la violencia ejercida a través del maltrato infantil en el seno de las familias estudiadas obedece sin duda alguna a perturbaciones generadas en su estructura a causa de una deficiente inscripción del significante del Nombre-del-Padre, trastornos que se aprecian a nivel intrasubjetivo, tanto en los padres como en los niños maltratados.El maltrato aparece en la investigación realizada como una forma substituta del ejercicio de la función simbólica paterna. Substitución a todo evento perniciosa y patológica, pues en ningún momento el ejercicio de la violencia puede venir a ocupar una función simbólica tan distinguida y tan valiosa en la constitución de la subjetividad como es la realizada por el significante del Nombre-del-Padre. Así, en la muestra estudiada la ley simbólica ha pasado a ser representada por la violencia del maltrato.A partir de las conclusiones anteriormente expuestas es necesario subrayar que a pesar de los serios trastornos que ha traído para el conjunto de niños aquí expuestos la substitución de la función simbólica paterna por el maltrato, esta violencia conlleva en todo caso la realización de la inscripción de tal función en el niño. Lo peor para un niño es que tal inscripción no tenga lugar por ninguna vía, en este caso la psicosis en tanto estructura subjetiva aparece como indefectible.

FUENTE: EOL

HISTERIA: SUEÑOS Y FUNCION FALICA Autor: RAJLIN BEATRIZ

Un sujeto relata un sueño. Puede ser nítido o borroso, pleno de incertidumbre, puede tener un grado de realidad, una frase, una palabra, puede ser un sueño complejo con varias escenas. Freud nos enseñó que siempre se trata de pensamientos latentes, de pensamientos inconscientes. Lo enunciado en un sueño, se presenta como discurso indirecto, al estilo de un rumor, de algo que el sujeto ha escuchado, que le han contado. Se trata de un relato, y ahí siempre encontraremos una estructura en relación al sujeto. Por otra parte, el sueño no tiene ninguna significación, es un producto de descomposición de la actividad psíquica. Cuando se cuenta un sueño a algún otro, ese sueño es el significante. Es una cadena significante dada como un todo, y ahí donde el sujeto asume ese sueño, va a producirse el cómo de su posición. El sueño juega el juego de una pregunta, de una fascinación con la fórmula de un enigma. En cada una de sus partes algo se deforma. La cadena significante tiene dos aspectos, la unidad de su sentido, lo monolítico de la frase, como un significante transitorio y lo que Freud llama asociación libre que comporta que con cada uno de los elementos de esta frase también se pueda ir más lejos en la descomposición, deteniéndose estrictamente en el elemento fonético. Si las cosas están marcadas por su relación al significante que las penetra, las surca, las releva, las perturba, el deseo está obligado a un artificio de la palabra y esta palabra se desarrolla en el gran Otro como lugar de la palabra, sin que el sujeto perciba que los pensamientos se forman en la palabra del Otro. Freud dice que en una cura un sueño sólo es posible de ser leído por el análisis del texto mismo.Freud plantea tres condiciones esenciales del sueño: 1º se refiere al material que se venía trabajando en la cura, a veces aportado por los restos diurnos, 2º Freud hace hincapié en lo faltante, en los nexos ausentes las escanciones y las inversiones y 3º cuenta con las impresiones más tempranas de la infancia, que aportan el deseo infantil, incestuoso y reprimido. La serie de sueños de una paciente histérica ilustra su tesis máxima, lo fundamental del descubrimiento freudiano, el deseo infantil presente en los pensamientos latentes que forman el inconsciente.Compras en el mercado[2]Soñé que llegaba demasiado tarde al mercado, que no encontraba más nada en lo del carnicero y en lo de la verdulera. Sueño inocente, por demás. Freud pide un relato detallado: Va al mercado con su cocinera, que lleva la canasta. El carnicero le dice, después que ella le pidió algo: “de eso no podemos tener más”, y pretende darle otra cosa, con esta observación: “Esto es bueno”. Ella lo rechaza y se dirige a la verdulera. Esta quiere venderle una extraña hortaliza, atada en haces y de color negro. Ella dice “Eso no lo conozco, no lo llevo”. Se trata de una paciente reservada, del género de aguas mansas. Esta marcación ya nos alerta. ¿Qué reservan las aguas mansas? Freud se detiene en cada parte del relato y crea un efecto de significación que constituye finalmente una creación de significación. Cada parte del sueño aporta una frase enunciativa que introduce la posibilidad de fragmentación que forma parte de los pensamientos latentes del sueño. Freud rescata del relato lo reciente y lo indiferente en un intento de reunir el sueño con los acontecimientos. Realmente la paciente había ido al mercado demasiado tarde, no había encontrado nada: Freud interpreta: “la carnicería estaba cerrada”. Frase que la paciente NO dice, Freud la aporta, se impone en el relato. Es una fórmula que en lenguaje corriente se usa para alguien que olvidó abrocharse el pantalón. Son palabras inscritas en el sueño como un banderín, brota de dichos de la vigilia que han sido fragmentados, modificados, arrancados de contexto. Algo evoca sin que el sujeto lo sepa, de manera inconsciente, “de eso no tenemos más”: frase del mismo Freud en días anteriores. Freud es el carnicero y ella rechaza la transferencia al presente de viejos modos de pensar y sentir: una fantasía de conducta indecorosa, sexualmente provocadora. La vía de la interpretación de un sueño es la descomposición significante, el deletreo, sus entrecruzamientos, los intervalos que deja en tanto que la cadena está relacionada, recortada, entrecruzada por todas las otras cadenas. Y cada uno de los elementos del sueño pueden entrecruzarse. El texto del sueño dice:A eso no lo conozco: DAS KENNE ICH NICHT yno lo llevo: DAS NEHEME ICH NICHT,frases asociadas por un cambio de sílaba. Una sílaba cambiada en una palabra muestra la presencia de otra cadena significante y ahí implanta otro sentido. También puede suceder que salte alguno de los significantes implantando ahí otro significante que lo suplante. La paciente evoca dos frases que fueron dichas a la cocinera.no lo conozco, DAS KENNE ICH NICHTpórtese decorosamente: BENCHMEN. Freud las separa para el análisis: Una pasa al sueño, DAS KENNE ICH NICHT, no lo conozco. Pórtese decorosamente es reprimida pero pasa al sueño con “la carnicería está cerrada”, introductoria del deseo sexual. El texto del sueño pasa a ser “la carnicería está cerrada”. Interpretación confirmada, dice Freud, por la historia con la verdulera. La verdura desconocida producida en el sueño: espárragos o rábanos negros, se refiere a lo sexual. Finalmente, un sueño nada inocente, por cierto: una histérica de “aguas mansas” que vive mirando atenta las “carnicerías”. Este camino nos permite ir sobre la vía del deseo del sujeto mantenido en la red significante, y a través de esas mallas por el filtrado del significante es posible restituir y restaurar el discurso del sujeto. El sueño, dirá Lacan, viene de manera activa a acompañar el discurso analítico para aclararlo, para prolongar sus caminos, sueño hecho para el análisis y también para el analista. Sueño portador de un mensaje, y desde ahí es legítimo tomarlo como la vía regia del inconsciente. Lacan avanza sobre este sueño para señalar que hay ahí marcado un lugar del deseo. Se trata del lugar del significante falo. El falo es el significante del deseo, y el sujeto puede tenerlo o serlo. Por ser significante está en el fondo de todos los deslizamientos, de todas las transmutaciones del complejo de castración. En este sueño el falo está actualizado en la frase de Freud: no tenemos más. Es la frase del carnicero, y la de Freud en la cura: “las vivencias infantiles más antiguas no las tenemos más como tales, sino que son remplazadas en el análisis por “transferencias y sueños”. El falo surge en tanto objeto que falta. No se puede tener más es una significación de la falta de objeto como tal. ¿Quién no lo tiene? El Otro, porque se articula en el plano del lenguaje, en el plano del Otro, el significante del deseo que se articula como deseo del Otro. En una nota de pie de página Freud informa que este sueño fue la ocasión de la entrada en análisis de la paciente, lo que nos marca este sueño como respuesta al trabajo de Freud en las entrevistas preliminares. Hay que afinar el piano [3] Se trata de la misma paciente. Su marido pregunta: “¿No debemos hacer afinar el piano?”. Ella: “No vale la pena, de todos modos hay que forrarle de nuevo los macillos”. El piano es una caja desagradable, asquerosa y con mal sonido, su marido lo tenía antes del casamiento. Es lo contrario de lo que piensa, no lo tenía. La frase rescatada es: No vale la pena. Freud recuerda que el día previo, durante su análisis, ella había llevado la mano a su chaqueta de la que se había abierto un botón. Como si ella hubiera dicho: no mire, no vale la pena. En el sueño ella reemplaza caja del piano por caja torácica, y la interpretación lleva a la época de su desarrollo corporal en que comenzaba a estar descontenta con sus formas. Y a épocas anteriores, retomando los síntomas histéricos del asco y el mal sonido. Este sueño muestra la otra cara de la cuestión del falo. Si es el significante del deseo del Otro, el problema para el sujeto en la dialéctica del deseo es la vertiente de ser o no ser el falo. La posición de la mujer en la histeria, en tanto mujer se hace máscara para ser el falo tras la máscara, manifiesto en esa mano llevada al botón cuyo sentido el ojo de Freud nos ha habituado a ver. No vale la pena, ¿porqué? Se trata de que el falo esté pero no vale la pena ir a ver porque no se lo encontrará. Está presentado tras un velo para no ser encontrado. La mano designa el falo como significante del deseo. El falo no es un significante como los otros, es algo prestado de una forma prevalente del impulso, del flujo vital, tomado en la dialéctica a título de significante. Se presenta bajo la forma de velo siempre reproducido bajo la forma del corsage de la histérica, es decir que detrás de la camisa no hay nada, nada más que el significante del deseo. Tras el deseo que no hay que mostrar se vela la totalidad del ser de la mujer, en tanto lo que está velado es el significante del falo. Ausencia de lo que está velado, horror que responde a la ausencia revelada como tal. Vemos así cómo el texto del sueño es un elemento más del discurso de un paciente, que da lugar al paso de un significante de la historia del sujeto. Tanto Freud como Lacan nos enseñan a desmenuzar los enunciados, los significantes, y todo el trabajo reside en lo que se dice sobre eso que se presentó, lo que evoca, lo que aporta, las transposiciones y sustituciones que permite el significante. Y Freud nos muestra que el texto relatado de un sueño pasa a ser otro texto luego del trabajo en la cura.

FUENTE: DISCURSO FREUDIANO

ANOREXIA MENTAL: UNA APUESTA ETICA AL ENIGMA DEL DESEO Autor: SANTESTEBAN OLGA

Hace ya más de un siglo se nombra como anorexia mental a un impasse del deseo que se manifiesta bajo la fórmula de “Me niego a desaparecer como deseo” ...por esto... “YO, como nada”.
EL CUERPO ES CIFRADO DE GOCE.
A partir del descubrimiento del inconsciente y de la formalización aportada por Jacques Lacan se produce una nueva localización en el campo del saber que ha enriquecido la anorexia mental con nuevas categorías que permiten situarla como un discurso donde se lee la captura del sujeto por el orden significante, ese sujeto porta en las cicatrices de su cuerpo la cifra de un goce cuyo verdadero enigma se coloca en la coalescencia de la realidad sexual y del lenguaje. Se ha producido en la práctica del psicoanalista la invención de recursos para tratar estos casos a partir de considerar la ubicación del deseo en relación a la función de la causa, a la pulsión como aparato de goce fundada en la estructura del objeto a, ubicado en las fronteras que funcionan a nivel de los bordes del cuerpo: seno y excremento para articular la demanda; voz y mirada para el deseo. Esto ha situado un nuevo sujeto cuyo punto crucial interroga para el analista la operación de ¿cómo alojar el goce en el saber?.
LA TOPOLOGIA DEL GOCE.
Con estos objetos Jacques Lacan diagramó la topología del goce para mostrarnos que es en estos objetos donde se refugia el goce y que en esa juntura del sujeto y el cuerpo nos muestra el cifrado de goce tal como lo lee un sujeto. Establecemos así las condiciones en que opera el goce y cómo se sitúa allí el deseo y su demanda. Establecer esto ha permitido un avance importante para situar el síntoma. Las consultas producidas por las familias de adolescentes –en gral. a partir de los 15 años- nos muestran que no podemos pensar que se trate de atiborrar la boca con alimento. He seguido casos por más de 20 años en analizantes que en su adolescencia habían producido este síntoma y a partir de una investigación que sitúa adolescentes desde los 15 años y en diferentes edades puedo ubicar que esto no es de ninguna manera un trastorno de la alimentación.
LA ADOLESCENCIA <> LA IMAGEN DEL CUERPO <> EL EROTISMO.
La adolescencia es un tiempo privilegiado que supone la emergencia de un nuevo universo simbólico que hace fechable ese instante revelador que confronta el universo de creencias a la dimensión del erotismo, del acto sexual, del amor y del deseo. Pero esencialmente la adolescencia es la puesta en cuestión de la imagen del cuerpo... de ese cuerpo sutil que el lenguaje constituye donde desde el acto inaugural desde el cual se engendra la subjetividad como tal, se define una posición sexual para cada sujeto. Es así que se presentan los síntomas cuando hay que responder a nivel de la hora del deseo. El cuerpo... sus misterios, sus enigmas, sus demandas, interrogan a los adolescentes para dar una respuesta a ese lugar reservado al objeto femenino, al don de amor y a la opacidad del goce.
LA LETRA <> EL SINTOMA.
Hemos descubierto que lo inaccesible, el aislamiento, la exigencia de las pruebas mas arbitrarias y aún la frialdad y la crueldad serán la expresión de la deriva de goce donde la letra puede hacer retroceder al síntoma. Desde esto un gran enigma nos sitúa frente a los medios de difusión que se han visto atiborrados por definiciones “nutricionistas” que promueven una modificación de la nominación hasta nombrarla solo “anorexia” para decir que es un rechazo irracional hacia la comida, que trae aparejada una tendencia a la desnutrición... ¿Complicidad... estafa... canallada... ignorancia de los aportes esenciales que un siglo produce?... todo eso y aún más... ¿Qué encontramos en estas consultas?.
LA PREGUNTA POR EL DESEO.
La demanda formulada por la familia coloca la situación en una apelación y en un llamado al orden familiar para introducir condiciones que no habían sido consideradas. La familia desesperada nos habla de alteración de los ritmos corporales, del desafío a las creencias que sustentan los ejes que ordenan la vida familiar, capricho, frialdad y hasta crueldad no cesan de surgir para imponer reglas que la familia no acepta o no sabe como darle un lugar. La autoridad del padre cuestionada comienza a confrontarse con la peligrosidad de un goce que parece no tener límites. ¿Qué nos presenta la demanda de la adolescente?. En principio, esto no es considerado un síntoma por ella... más aún se lo había ubicado como una estrategia exitosa para producir en ellos –al menos- la pregunta esencial de todo sujeto: “¿y tú, que deseas?”. Lo que la adolescente despliega es lo que en ella hace enigma: una apelación a la belleza, el impacto que provoca la irrisión del significante... hace un ofrecimiento y una apuesta a la dignidad de la palabra en la transferencia, denuncia un vacío y delata los secretos familiares... hace un llamado a un lugar de invocación de la mentira como fiador de la verdad dirigido al orden simbólico...
EL ODIO ENAMORAMIENTO.
Interroga el punto de inseminación de ese orden simbólico que preexiste al sujeto infantil y según el cual va a ser preciso estructurarse... orden simbólico que la coloca en esa prueba contundente que es el odio enamoramiento, donde se puede leer que es la ignorancia la que no se perdona para defender la causa que hace de lo viviente un sujeto deseante. Un sujeto deseante es un sujeto que ha pasado por los desfiladeros del significante... un sujeto que responde al juego del lenguaje, a la riqueza de la metáfora, a la sutileza de la metonimia ...es alguien a quien se lo acompañó hasta la operación de separación para que capte allí lo que adviene en la partición o como lo nombró J. Lacan –separtición- lo que lo hace fundamental y originariamente sujeto del significante con su rasgo singular y esto implica que se debe a la causa de su deseo.
LA DEUDA SIMBOLICA.
Le queda la deuda simbólica a pagar por lo que ha recibido como sujeto... deuda que implica que su vida esta jugada a la suerte de la transmisión de un deseo. A través de esto podrá captar que el cuerpo responde a la poética del inconsciente, allí, solo cuenta con su causa y sus fantasmas que la separan de la alienación y de una unión asfixiante que solo mantenía la servidumbre a un goce.
EL FANTASMA FUNDAMENTAL: EL VAMPIRISMO.
En relación a la demanda que nos formula se puede extraer un fantasma que se despliega como esencial hasta llegar a definirlo como el fantasma fundamental; esto es; que funciona en el fundamento del movimiento de la demanda y que podemos situar bajo la imagen de la función del vampirismo. Recordemos que la imagen fantasmática del vampiro es soñada por la imaginación humana como ese modo de “fusión o sustracción primera en la fuente misma de la vida donde el sujeto agresor puede encontrar la fuente de su goce”.
EL AMOR... EL GOCE... EL DESEO.
Esta indicación de Jacques Lacan se anuda a ese modo de fusión soñada que ha relacionado con la función del orgasmo como experiencia subjetiva y enigmática de la realidad sexual, donde enseñó a leer en ese fantasma la entrega absoluta a esa posición donde “el hacerse chupar” haciendo aparecer el vampiro realiza la culminación del amor. La anorexia mental nos interroga en este punto del amor por sus incorporaciones esenciales, esas que hacen a la transmisión de la función paterna y estructuran el deseo. Nos interroga también por la incorporación de la libido... recordemos que esta operación se realiza por vía de la pulsión oral, esto indica ese tiempo fechable entre la respiración, el grito, el silencio, el alimento y hacen al suelo fundamental de un sujeto que en la anorexia mental son puestos en cuestión en la adolescencia porque es el tiempo de una redefinición pulsional.
EL ORGASMO... LA PEQUEÑA MUERTE.
Tiempo esencial de la pregunta por el orgasmo y su satisfacción ...Jacques Lacan llamaba al orgasmo, “la pequeña muerte” y la situaba en el centro de la demanda de amor... demandamos amor... a ... morir... encontramos allí el a-muro... (una muy importante teorización de Jacques Lacan ha situado estos tiempos y la incidencia en la clínica cuando se trabaja con el objeto a... no es en este marco, en que se lo pueda desarrollar pero no se puede dejar de mencionarlo). Esta teorización define un tercer tiempo pulsional con la aparición del sujeto bajo el fantasma que le permite una relación al Otro en una frase que es siempre la misma, funcionando como un axioma que dice: “soy ese ser entregado al goce del Otro, para ofrecerle lo que quiere chupar”. Lo que descubrimos es que ese fantasma surge como el ofrecimiento de esa forma de fusión “para que me constituya –a mí- en la fuente misma de su vida”, lugar donde encontrará la fuente de su goce. Paradojas del goce, discordancias y acomodaciones entre el campo pulsional sexual donde el sujeto viene a alcanzar el lugar del objeto que la pulsión no alcanzaba y el campo del amor, campo narcisista donde existe reciprocidad del amor al ser amado... ese amor y su muro donde la satisfacción encarga su menú en este gran mito que se delata en la angustia bajo la forma de agotamiento de la fuente misma de la vida. Borde escabroso, donde el amor sirve de coartada a una pasión por constituírse en aquello que sostiene la vida del otro o la fuente misma de la vida. Llegamos aquí al punto más crucial cuando descubrimos una atracción que se expresa en un movimiento casi alucinado de estar deseosa en el centro mismo de aquello que la hace padecer y que aborrece... ¿Es una víctima entregada sensualmente al goce de su vampiro?. O ¿es ella misma la que juega en esa lujuria alienante la extracción misma de cualquier fuente de deseo en el Otro?. Constato que el momento límite en la anorexia mental de inexistencia de cualquier alimento para su existencia de sujeto viviente es correlativo de este fantasma fundamental. Es a partir de su atravesamiento y del desanudamiento del síntoma bajo transferencia que es posible lograr una apertura y un giro en la posición subjetiva, en esta viscisitud pulsional en el terreno mismo de constitución de ese auténtico amor que es la transferencia. Las dos preguntas corresponden a dos tiempos de la cura: 1- Tiempo de la entrevista preliminar. Presentación de la demanda. Pasaje al dispositivo analítico. Tiempo de trabajo con la familia. La pregunta que define este período se articula en esta frase: ...¿es una víctima entregada sensualmente al goce de su vampiro?. Corresponde al momento de inexistencia como sujeto viviente. El partenaire la constituye en la fuente misma de su vida y se nutre de ella. La fórmula es la respuesta a su pregunta: “Lo que tu quieras”, “Como tu lo quieras”, “Lo que tu decidas, lo que te plasca....”. Allí mismo donde a ella ya no le place nada y donde el funcionamiento corporal se detiene. Las analizantes definen este período como la culminación del amor. Los desarrollos de sus fantasmas muestran una teoría del amor que se inscribe bajo el amor cortés. 2- A lo largo del primer año de trabajo surgen en el movimiento de torsión pulsional la otra cara de esta posición que se expresa en la frase: ...¿es ella misma la que juega en esa lujuria alienante la extracción misma de cualquier fuente de deseo en el Otro?. En este período se asiste al despertar del apetito del Otro y del otro y allí declara el rechazo que le produce soportar que el otro este deseoso, situación que se significa bajo la forma de un ahogo asfixiante. En esa ocurrencia con que las adolescentes captan el drama del deseo nos dicen por ejemplo: ...“si se muestra deseoso... le coloco el Acta de defunción. El que no lo muestra vive. El que lo muestra muere...”. “El deseo es lujuria, desborde, locura ...pero quiero nutrirme de esto”. “¿Se lo puede incluir en la dieta?”. Tiempos de actividad... de puesta en cuestión de su decisión de no comer y un tema central; la administración del tiempo... existir o no existir para el otro, ...”trato de hacer como que él no existe para sobrevivir...” “...trato de que no existas ...para evitar el dolor de no tenerte...” La erótica se encuentra en el centro de estos axiomas que se vuelven esenciales en su vida para no ser presa del otro... Algo en el deseo es vivido como un mal... tiempos de regulación del exceso..., tiempos para medir la prohibición, crearse prohibiciones... tentarse... desear... Apasionarse... por las otras que daran la medida de la pregunta esencial: ¿Qué quiere una mujer?. Así es la historia en la cura de la anorexia mental ...prohibición, transgresión, ley, reglas ...administración de los excesos y de las restricciones colocan la figura del padre en el centro de la interdicción del goce en el curso de toda aventura del sujeto. Como se verá resulta casi alucinante plantearse poner un candado en una heladera o creer que alguna moda pueda incidir en esta viscisitud pulsional y menos aún que eso ocupe un valor determinante. Se necesita un teoría del sujeto que este siglo ha construído y ha sido aportada por Sigmund Freud y Jacques Lacan en el campo del psicoanálisis.
LA ETICA DEL PSICOANALISIS.
En la descripción que los medios de difusión realizan de las clínicas dedicadas a inventar una nueva patología de fin de siglo la narración que se realiza nos introduce en una casona donde, sus salones se llenan de jovenes que creen iniciar un nuevo rito ya descripto en la literatura como técnicas de iniciación a nuevas reglas en el manejo del cuerpo... prohibiciones, falta de pudor... exigen desnudarse y mostrar sus cuerpos al servicio del goce que una supuesta medicina articula como coartada. ...”Que rostros sumisos miren con inquietud desde los platos de arroz” y carne, con sus prendas de vestir prestas a ponerse al servicio de desnudarse en cualquier momento... no podrían y no deberían dejar de reconocer en estas escenas el comienzo de la historia de O... y por qué no “La philosophie dans le boudoir” con el que Sade supo introducir la verdad que una teoría como la de Kant velaba. El siglo XX aprendió que la condena a ciertos principios constituye su apología. En el comienzo de su texto Sade dirigiéndose “A los libertinos” dice: “Voluptuosos de todas las edades y sexos, solo a vosotros dedico esta obra; nutríos con sus principios, porque favorecen vuestras pasiones, y ellas-, de las que os espantan los moralistas fríos y vacíos –no son sino los medios de que se sirve la naturaleza para conducir a los hombres hacia los fines que les ha asignado. Atended esas deliciosas pasiones; solo ellas pueden conduciros a la felicidad”. ...”Mujeres lúbricas.... ...Jóvenes doncellas, durante tanto tiempo atadas por los lazos absurdos y peligrosos de una virtud imaginaria y de una religión repugnante: ...imitad a la ardiente Eugenia; destruid, pisotead con su misma ligereza todos los ridículos preceptos inculcados por vuestros imbéciles padres”. Se tratará de educar a las jóvenes doncellas ...se las alimentará con la bella filosofía ...se le inspirarán deseos ...uniendo algo de práctica con teoría se harán demostraciones a medida que se expone... ¿Una nueva Filosofía en el tocador? Madame de Saint Ange inicia la escena con este diálogo hacia la bella doncella: “Mi amor querido; ¡la cantidad de cosas que vamos a hacer y decirnos mutuamente!. Pero a propósito, ¿no quieres almorzar, mi reina?. Es probable que la lección sea larga. Y la bella adolescente le responde: “No tengo mas necesidad que recibirla, almorzamos antes de salir y hasta puedo estar hasta las ocho de la noche sin sentir el menor deseo”. Recordemos que el encuentro era para iniciarla en los más secretos misterios de Venus. ¿Qué ha pasado?... ¿qué textos y qué teoría inspiran los principios que rigen las nuevas propuestas terapeúticas que se nombran patológicas de fin de siglo... trastornos de la alimentación?. Nuestro siglo constituye el tiempo de una rectificación en la posición ética imperante... seguramente como Jacques Lacan planteaba... “cuando se opera un despejamiento se debe caminar 100 años en las profundidas del gusto para que la vía de Freud sea practicable. Cuenten otros sesenta más para que se diga por qué todo eso”. La ética del psicoanálisis exige al analista una posición frente a lo real y un juicio frente a la obscenidad ...la poética del inconsciente, la angustia y el sufrimiento del síntoma solo se remiten al discurso del sujeto... del sujeto que desconoce el objeto que causa su división y su deseo.

FUENTE: DISCURSO FREUDIANO