domingo, 24 de junio de 2007

"Clínica de las Neurosis" (2ª Sesión) Aspectos Generales de la Clínica. Autor: Lic. Roberto TORRES

Lo primero que quiero comentarles es como trabajamos en el Seminario “CLINICA DE LAS NEUROSIS” del cual vamos a articular los “EFECTOS DE SEMINARIO”..Un punto importante que se trató en la primera reunión fue la implementación de la metodología que íbamos a utilizar durante todo el año, la que para mi se convirtió en una incógnita al no saber como iba a funcionar ya que era la primera vez que la ponía en práctica. El objetivo de esta metodología fue la de implementar un formato mas riguroso y a la vez participativo que las disertaciones extraordinarias que se tornan monótonas y cansadoras, de esta forma se estimula una transferencia de trabajo a partir de la integración de todos los miembros del grupo. Se repartieron frases lacanianas para que cada uno las pudiera leerlas poniéndola a la consideración de los demás. Esto se convirtió en un Seminario a la letra de Lacan. El objeto de este formato fue presentar en forma rigurosa los enunciados lacanianospero haciéndolos accesible a través de un análisis del texto. Tenemos, entonces, tres tiempos, el primero, la lectura propiamente dicha del enunciado, un segundo tiempo que es mi análisis del mismo y finalmente un tercer tiempo que es la participación general, donde se abre el debate sobre la conceptualización expuesta. El segundo y tercer tiempo se pueden superponer.Empezamos el Seminario con el tema de la Metáfora inaugural que dio nacimiento al psicoanálisis, salto epistémico que realizó Freud en la soledad de su acto, navegante avanzando en tierras desconocidas, abriendo un campo nuevo a partir de este acto fundacional colonizando territorios inexplorados donde tuvo que enfrentarse con inmensos obstáculos que harían recular al más pintado, pero no cedió en su deseo, continuó la travesía siendo el capitán del barco y la única tripulación, a la que luego y en aguas menos tormentosas se irían sumando algunos escuderos que conformarían la comunidad analítica. Esta es la expedición en la que actualmente nos embarcamos intentando continuar el derrotero esbozado en la hoja de ruta y plasmar en la bitácora de nuestra travesía los paisajes lacanianos que vamos observando. Somos herederos del deseo inaugural y guardianes de las fronteras del campo donde anida el Agalma del descubrimiento analítico.Desde los orígenes y bajo el lazo filiatorio que atraviesa las distintas generaciones de analistas nos encontramos nuevamente recreando conceptualmente los elementos puestos en juego en una clínica estructural como lo hicieron sistemáticamente los que nos precedieron.La pregunta que empezamos a trabajar y que representa la medula del seminario es ¿qué hacemos cuando llevamos adelante un análisis? a la que se vinculan otras preguntas como ¿Cuál es y en que consiste ese lugar que debo ocupar como analista? y ¿Cómo se lleva adelante la dirección de la cura?Comenzamos a pensar la escena analítica. La situación típica es que alguien solicita una primera entrevista donde presenta su problemática sintomática, esto lo hace a través de un discurso donde se van esbozando las demandas, motorizadas por cierta disposición transferencial que delega cierto saber en alguien que aún desconoce y que en realidad nunca va a conocer a este Otro al que se dirige, por la simple razón que la relación que los vincula es absolutamente disimétrica. Ante esta situación nos encontramos, es nuestra función ocupar y resguardar un lugar que nos determina y que, en concordancia con un deseo sostenido, nos autorizamos a dirigir estas excursiones analíticas. Este movimiento propio de un análisis se realiza en el mismo momento que se van abriendo senderos que en forma zigzagueante nos hace saltar entre hilos discursivos, que en muchos casos y sin razón aparente, viramos por el anverso del pliegue que devela la posición dominante del significante sobre el significado.Se sucedieron una serie de preguntas de los pasantes respecto a este lazo de los cuales ellos tienen que dar consistencia en su práctica.Tenemos entonces un dos (imaginario) que se reordenan en el orden del tres (simbólico), dos actores en juego, analista-analizante que hacen la escena analítica solo si entran en la dialéctica propia de la dimensión de la palabra, es decir, en el universo discursivo bajo las leyes del significante. Triangularidad analítica anudada a través de la argamasa de la sustancia transferencial, lo que abre otra pregunta ¿Qué transferencia? La del análisis no es cualquier transferencia, es la que incomoda a los no-analistas que de ningún modo se meten en estas aguas turbias, y los analistas que si se meten y la esperan, como al agua en el desierto, en determinado momentos de la incursión se dan cuenta que el agua les llega al cuello, pierden el suelo firme donde se apoyaban y emerge ese terror al acto del que hablaba Lacan al quedar expuesto al incremento transferencial. La transferencia que nos interesa es aquella que marca el comienzo verdadero de un psicoanálisis, la neurosis de transferencia, no hay análisis fuera de transferencia, comienza cuando el analista es investido y colocado en el núcleo de esa neurosis artificial que duplica la que portaba antes de comenzar su tratamiento. Así podemos enumerar tres tipos de neurosis, la infantil ligada a la crisis edípica, la adulta que resignifica y es determinada por la infantil, y por ultimo la neurosis de transferencia como duplicación de los significantes reordenados en el espacio clínico poniendo en juego la realidad del inconsciente. Entramos de lleno en el enunciado lacaniano “la transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente” (ver: el seminario on-line “FRASES CELEBRES DE LACAN”en el FORO). Esta realidad del inconsciente no es otra cosa que la realidad sexual. Abrirnos al inconsciente es pensar que hay un mas allá del enunciado del analizante, que tiene que ver con la cadena significante que lo determina, que desde Freud lo pensamos como retorno de lo reprimido. Este inconsciente es el discurso del Otro, lugar donde se realiza la pulsación temporal de su apertura y cierre a partir del espacio topológico de su nasa. Esto indica que no siempre se puede intervenir, el acto del analista debe realizarse acompañando el tiempo de la apertura del inconsciente. Este línea discursiva nos acerca a una frase que me parece que sintetiza esta referencia: “el rosario se reza solo, no espera que vayas a rezarlo” es decir lo que circula y se articula en el inconsciente, por lo tanto ese rosario que desconozco yo no lo rezo, tu no lo rezas, nadie lo reza, ese condenado se reza solo. Todos pensamos que rezamos el rosario de nuestras vidas, pero lo que podemos diagramar es que la vida en un gran eslabonamiento que no manejamos ni marcamos sus tiempos. Los hilos de nuestro destino están en manos del Otro que nos maneja desde cierto exterior próximo, como marionetas andamos a los tumbos por la vida pero con la convicción deliroide que estamos al mando y manejando a discreción la botonera del panel de control de nuestra existencia. Esto es lo que pasa en un análisis, el paciente se encuentra en la inermidad de verse sojuzgado por el síntoma que se repite, insiste, a pesar de sus esfuerzos por dominarlo, este malestar subjetivo de la intrusión sintomática en su vida es lo que lo lleva a la consulta. Son los efectos de la cadena inconsciente, S2, el rosario, que hace emerger esos significantes que hacen base en la superficie, S1. Esto es lo que más claramente ilumina la idea de que el sujeto no sabe lo que dice, que dice más de lo que cree decir, donde el enunciado que expresa lleva en sus entrañas otros sentidos que como acontecimiento clínico irrumpe furtivamente en el discurso para desaparecer taponado por los significados que rápidamente dispara el analizante y que de parte del analista puede ameritar un corte oportuno para generar un efecto sujeto.Por lo tanto el sujeto dice más de sí de lo que realmente quiere expresar, nuevamente el rosario se reza solo. El paciente cree que sabe lo que dice, pero en realidad no sabe nada, ni siquiera a donde eso lo lleva, es ese Otro del inconsciente el que toma el control de la situación. Este Otro que actúa en él es su perdición. El sujeto viene armado, controlando todo lo que quiere relatar sobre los problemas que tiene con su mujer, sexualidad, historia, hijos, etc, mientras le echa la culpa al destino, a su pareja, al patrón, poco a poco se da cuenta que hay algo en él que tiene que ver con lo que le pasa, un no sabido de sí que lo hace actuar y lo compromete como autor y que solo en el a posteriori de su acto percibe que la cosa no anda y lo trasciende. Entonces, hay un saber Otro que hace que diga lo que dice sin saber por que lo dice; ese es el Inconsciente. Nadie maneja el pensamiento; yo no sé como se va armando lo que estoy diciendo, no estoy pensando lo que voy a decir en el momento que lo digo, sería imposible. El pensamiento tiene su origen en el inconsciente, desde ahí se constituye. Estamos en un punto importante de la clínica que refleja los niveles de densidad de la palabra. Lacan en sus inicios diferenciaba palabra plena de palabra vacía, donde una palabra cualquiera, como con los restos diurnos del sueño, es colonizada por los derivados de lo reprimido constituyendo la matriz de las formaciones del inconsciente. Aquí podemos convocar nuevamente a Lacan cuando dice que los actos fallidos paradójicamente son actos que triunfan, y nuestras palabras que tropiezan son palabras que confiesan. Por lo tanto la verdad caza al error por el cuello de la equivocación. Eso habla, la verdad habla en el sujeto. Una verdad que se encuentra vinculada al deseo inconsciente donde ambos se encuentran determinados por el plano simbólico. Es ese deseo reprimido es la parte excluida del sujeto, lo más exterior pero a la vez más intima del sujeto, lo más sí mismo de sí, su extimidad. Es en este nivel descentrado donde el deseo aparece como residuo último del efecto del significante en el sujeto. Deseo como punto de articulación de la demanda con la realidad sexual. Es a partir de la intervención sobre este nivel de descentramiento que podemos esperar cierta modificación sintomática.Continuaremos próximamente la segunda parte y subsiguientes. Deje su comentario.

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