sábado, 23 de junio de 2007

LA ESTRUCTURA ES EL VERDADERO SETTING Autor: NARANJO JOSE ANTONIO

Toda práctica conlleva una técnica -y así ha ocurrido con el psicoanálisis. El movimiento postfreudiano reguló esta técnica en sus menores detalles, obsesivizando su ejercicio, y olvidándose con ello de que toda técnica responde a una ética.Regular algo es ponerlo bajo el mandato del automaton, intentando con ello forcluir la tuche. El "marco analítico" de ser un medio, se convirtió en fin. Produciendo una subversión en la práctica, desregulando el marco, Lacan desplazó la responsabilidad de la práctica sobre el analista: "si no son los standars los que garantizan un análisis en curso, esta responsabilidad recae sobre el analista" (1). Responsabilidad de su intervención -interpretación, escansión, corte, duración de la sesión, su número, etc-, tal que podemos decir que allí donde no hay responsabilidad del analista, no hay verdadera sesión analítica.Al hablar de táctica, estrategia y política, Lacan respondía con fundamentos de doctrina a lo que era la regulación de una técnica. La política es la determinación de los fines, y la táctica y estrategia son los medios, determinados por estos fines.El poder táctico es el poder de la oportunidad, del kairós de la interpretación, con el doble objetivo de alcanzar los dos términos que están en posición de excepción en la estructura (2), el el S1 y el (a). Y, a la doble faz de la interpretación, responde la doble naturaleza de la transferencia, epistémica, (SSS), y erótica, (a), una doble naturaleza que posibilita la inclusión del analista en la cura: la cara epistémica le da un lugar, pero es su vertiente libidinal la que le precisa el lugar, se lo dibuja con exactitud -al modo de los llamados "dibujos simpáticos". Este lugar es a respetar, y la salida del mismo tiene consecuencias.Por tanto, interpretación y transferencia están conectadas: "Lacan pone la interpretación en el fundamento de la transferencia" (3). Entonces, si la interpretación es el fundamento de la transferencia, ¿qué fundamenta, a su vez, la interpretación? El analista por su deseo, un deseo que en tanto enunciación (4) enigmática, convoca a la x que el sujeto fue para el deseo del Otro.Así pues, el deseo del analista fundamenta la interpretación, que a su vez es el fundamento de la transferencia –lo que nos lleva a afirmar que es el deseo del analista, determinando el fin de una cura, el que determina el uso, bueno o malo, acertado o equivocado, de los medios: interpretación y transferencia.Y será acertado su uso, cuando use la transferencia contra la repetición, en tanto "la transferencia es una repetición lograda" (5), cuando use la interpretación para ir contra la alineación, y cuando ponga su deseo al servicio del más allá del fantasma, con objeto de liberar el deseo del paciente de los límites de su fantasma.Si esto hace, el deseo del analista será la función que separe al psicoanálisis de toda psicoterapia. El psicoanálisis es una terapia, cierto, pero no una psicoterapia, ya que las psicoterapias respetan el fantasma, no separan el deseo del sujeto de su alineación al deseo del Otro y no rescatan al sujeto de la repetición de su goce.Concluimos: que la sesión analítica tenga su regulación es una cosa, que de ella se haga un marco inamovible, es otra. Este marco que llevó a un respeto religioso, no está justificado, porque si de imponer un marco se tratase, para marco ya es suficiente con el del fantasma y el automaton cerrado de la repetición.Es por esto que terminamos diciendo que el setting a respetar es la estructura, en tanto verdadero setting, siendo cada sesión un efecto de la estructura como causa. Y respetar supone prestar confianza: "Dans la psychanalyse -dit Lacan- il est fait confiance à juste titre à la struc­ture logique, car elle ne perd jamais ses droits" (6). Si la estructura no pierde sus derechos, el analista no olvidará sus deberes: docilidad a la transferencia, y espera del kairós de la interpretación.

FUENTE: EOL ROSARIO

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