sábado, 23 de junio de 2007

LA REGLA ANALITICA Autor: BASSOLS MIGUEL

Nunca me he encontrado diciendo la regla analítica de la misma forma. Es una constatación que está de acuerdo con lo escrito en el párrafo señalado de Lacan: "hasta en las inflexiones de su enunciado...". En efecto, aún tratándose del mismo enunciado, tanto el momento, la oportunidad, como el gesto o el tono de voz con el que se enuncia, hacen de esa regla algo particular en cada caso para dar, a partir de ese instante, un nuevo sentido a lo que se diga. Lo que se diga no será ya escuchado de la misma forma que en otro discurso, podrá ser interpretado en distinto registro, podrá obtener nuevas significaciones. Pero, por eso precisamente, es necesario que esa regla se enuncie en cada caso, de una forma u otra, para abrir el nuevo registro del discurso analítico. La cadena significante podrá ser tomada desde entonces de un modo fragmentado, en el que cada elemento podrá ser interpretado de forma distinta. Ello sólo es posible si quien escucha lo hace sin anticipar la significación. En este sentido, la regla de la "asociación libre" es una regla correlativa a la que debe seguir el analista en la llamada "atención flotante", que podría ser parafraseada como "no escuche lo que se le ocurra". Si la posición del analista se define en su acto por un "no pienso" es para llevar al sujeto a cumplir la regla de la que esa posición es la contrapartida en acto.La regla analítica se presenta así de una forma paradójica: es una regla que es preciso que el sujeto olvide para cumplirla. De hecho, nadie puede decir lo que se le ocurra si piensa que debe decir todo lo que se le ocurre. Y el sujeto piensa que debe decir (todo) lo que se le ocurre precisamente cuando calla algo, generalmente porque piensa en quien lo está escuchando. Es lo que Lacan empezó por situar en su primer Seminario como el momento de la resistencia inherente a la significación del discurso en la transferencia. Y es lo que vino a decirme un sujeto a la entrevista siguiente de haberle enunciado yo esa regla: "eso es imposible". Y tenía razón, tal como le confirmé de inmediato para agregar que no por eso debía dejar de intentarlo. Pues es precisamente por este imposible que el decir del sujeto se confrontará en la transferencia a lo real, ese real que el analista deberá saber puntuar con su intervención. El sujeto debe "olvidar" entonces ese imposible puesto de manifiesto por la regla analítica para poder atenerse a ella.Así he entendido entonces una idea sobre la regla fundamental planteada por Lacan en su Seminario sobre "El acto analítico". En la séptima sesión de ese Seminario, señala que se podría traducir la regla de la asociación libre como la regla del "significante en acto", para añadir que el verdadero sentido de la famosa "regla fundamental" es "la consigna: que el sujeto se ausente". Se trata precisamente de que el sujeto se ausente de sí mismo, se "olvide" del imposible de decir todo lo que se le ocurre y pueda librarse a los nuevos efectos de significación. Es esta dimensión del acto la que la enunciación de la regla fundamental debe hacer presente, cada vez.

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